sábado, 31 de diciembre de 2011

Mis deseos para el 2012, #miCuba2012

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Desde la azotea de La Lonja del Comercio, La Habana 2009.

Mis deseos para el nuevo año que comienza son elementales:

1- Mucha salud,

2- prosperidad, éxito y bienestar,

3- y OTRA Cuba.

El primer punto depende mucho de cada cual. Hasta ahora no me ha faltado pero siempre viene bien pedirla en el exceso que sea. Deseo toda la del mundo para mí y mi familia, para mis amigos y sus familias, y para toda la gente de bien.

El segundo punto depende también de cada cual, de lo que cada quien se proponga y de la constancia, esfuerzo y perseverancia con que persiga eso que se proponga. Por naturaleza doy cabezazos contra el muro hasta que se rompa el muro (al menos dicen eso de los Aries) pero le aseguro que no es descabellado proponerse metas (del tipo que sea) y no cejar hasta alcanzarlas. Yo soy feliz con lo que he alcanzado hasta ahora en el plano personal, familiar, profesional y otros tantos. En el 2012 deseo lo mismo para mí y mi familia, para mis amigos y sus familias, y para toda la gente de bien.

El último punto se sobreentiende que podrá ser posible sin los Castro y su pandilla, en primer lugar, y con la constancia, esfuerzo y perseverancia (fíjense si el punto 2 es importante, teniendo ya asegurado el 1) de los cubanos de adentro y de afuera para materializar el CAMBIO que tanto necesita el país donde nacimos. En el 2012 no me ilusiono mucho: habrá más de lo mismo, sobre todo represión para los de adentro y exilio forzado para los incómodos de afuera (como la llamadita que me hicieron a finales del 2010 para soltar un "Ud. no puede entrar más a Cuba"), pero sólo será menos de lo mismo si cada quien acaba de entender que OTRA Cuba no va a caer del cielo...
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lunes, 26 de diciembre de 2011

Lo que quedó de las Navidades...

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Lo que quedó..., Navidades 2011

Por estos días recordaba con añoranza la primera vez en mi vida que vi unas bolas de cristal para adornar un árbol navideño. Cuando aquello tenía unos 6 años y el esposo de mi abuela materna, que se divertía haciéndome cuentos e historias fantásticas, escondía unas tres de ellas en una caja, bajo motas de algodón, para darle unos toques mágicos y hacer aparecer, en la esquina donde yo creía se escondía la bola roja, una amarilla dorada que precedía a mi asombro infantil. Nunca supe que eran adornos navideños. Para mí fueron siempre bolas mágicas que, quién sabe cuándo, desaparecieron de su caja y de mi vida en Cuba.

Nunca más vi bolas de cristal de ese tipo sino unos 30 años después, en Caracas, cuando visitara Venezuela a finales de 1996. Mis diálogos eran raquíticos en cuanto a temas sobre Navidades, por eso prefería callar y oir los de los colegas y amigos venezolanos que me rodeaban... Por aquellas fechas supe lo que era una fiesta navideña en familia, probé y vi hacer deliciosas hayacas , vi por primera vez un Nacimiento, admiré contenta los primeros árboles de Navidad en casas de amigos y en plazas públicas, así como también recordé, en silencio, los toques de magia del abuelo en cada adorno de cristal que aparecía ante mi vista.

Pocos años después recibía yo mi primer regalo de Navidad, en Cuba, a unos pocos de comprar los primeros, para mis hijos. Para qué les voy a esconder que mi esposo y yo compramos juguetes como si fueran para nosotros mismos, ante la ausencia permanente de tales objetos infantiles cuando éramos niños ambos. Y tampoco les voy a negar que sufría con cada papel de regalo que rasgaban mis pequeños, acostumbrada a guardar siempre, en Cuba, hasta el más mínimo pedazo de colores para otro regalo futuro en que pudiera usarlo, previo cuidado de no doblarlo más de lo que ya estaba...

Ya no, ya me divierto y disfruto la rapidez con que manitas pequeñas, ávidas de sorpresas, rompen, riegan por el piso, lanzan al aire papeles que envuelven sus sueños y deseos. Y barro más tarde lo que quedó de las Navidades a la vez que pienso en lo efectivo que pudieron haber sido unos pases mágicos del abuelo, no para desaparecer bolitas de colores sumergidas en algodón sino para desaparecer de la isla caribeña a los que nos extirparon tantas preciosas tradiciones. Quizá sí, quizá hubiera funcionado si muchos se lo hubieran propuesto...

Lo que quedó..., Navidades 2010
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sábado, 24 de diciembre de 2011

Cómo traducir el blablablá de Raúl Castro

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Los cambios son de forma raulatina -Garrincha

Lo he escrito por Twitter y lo reafirmo por aquí: nunca me creí que Raúl Castro y los vejetes que gobiernan Cuba, fueran a soltar la cuerda que tienen al cuello de los cubanos impedidos de entrar y salir libremente del país. "Cuando lo vea, lo creeré", escribí hace días. Y, tal como supuse, nananina de reforma migratoria ni ocho cuartos...

Partiendo del artículo publicado en Diario de Cuba, Se desinfla el debate sobre la reforma migratoria, les traduzco lo que realmente quiso decir Castro II en su vomitivo discurso:

Lo que dijo:
"Como era de esperar, no han faltado las exhortaciones, bien y mal intencionadas, para que apresuremos el paso, y nos pretenden imponer la secuencia y alcance de las medidas a adoptar, como si se tratara de algo insignificante y no del destino de la Revolución y la Patria".

Lo que quiso decir:
"A mí nadie me dice lo que tengo que hacer. Si abro el banderín, se jode ésto".

Lo que dijo:
"no pocos consideran urgente la aplicación de una nueva política migratoria, olvidándose de las circunstancias excepcionales en que vive Cuba, bajo el cerco que entraña la política injerencista y subversiva del gobierno de Estados Unidos".

Lo que quiso decir:
"¿Qué vamos a hacer cuando ya no nos entren las grandes sumas que cobramos por trámites migratorios? Ustedes saben quiénes tienen que tener la culpa de todo".

Lo que dijo:
"[estamos] trabajando para instrumentar la actualización [de la política migratoria]".

Lo que quiso decir:
"El gerundio siempre ayuda. También estamos trabajando en la construcción del Socialismo desde hace más de cinco décadas y todo el mundo se lo ha creído".

Lo que dijo:
"Hoy ratifico todos y cada uno de los pasos realizados en aquella oportunidad, al tiempo que reafirmo la invariable voluntad de introducir, paulatinamente, los cambios requeridos en esta compleja temática, sin dejar de valorar en toda su integralidad los efectos favorables y desfavorables".

Lo que quiso decir:
"Lo dicho: perderemos de pronto todo lo que robamos a los cubanos en trámites para entrar y salir del país. Además, ¿creen que es fácil reubicar en otros puestos a la sarta de burócratas que tenemos llenando papelitos y modelos para autorizar y cobrar los viajes? Esto es con calma, caballero', y el que proteste, ya sabe lo que le espera".

Lo que dijo:
"[el desgobierno, digo, el gobierno] indultará a más de 2.900 sancionados, entre ellos mujeres, ancianos y jóvenes sin antecedentes penales previos, que obtuvieron un oficio y elevaron su nivel cultural y posibilidades de reinserción social".

Lo que quiso decir:
"Pa' que vean que no somos tan malos y que estamos trabajando en el asunto, sacaremos de las cárceles a unos pocos ahí que nunca debieron estar en ellas y a todo el que se portó bien y nos ayudó a entrar en cintura a esos que nunca debieron estar presos".

Lo que dijo:
"Serán puestos en libertad algunos condenados por delitos contra la Seguridad del Estado. Todos han cumplido una parte importante de la pena en prisión y mostrado un buen comportamiento"

Lo que quiso decir:
"Bueno, claro que tuvimos que meter presos a algunos bajo cargos rimbombantes e inventados, pero ¿qué ibamos a hacer si el imperio cruel nos obliga a joder al que nos dé la gana? ¿Ustedes creen que una dictadura es fácil de mantener sin represión?".

Lo que dijo:
"[Entre las afirmaciones más cínicas de su breve discurso, el general condenó la represión contra los indignados en otros países y pidió a los gobiernos occidentales] consultar las políticas económicas con sus pueblos".

Lo que quiso decir:
"Y, bueno, algo tengo que decir para los que aún se creen el cuento de la Robolución y para todos aquellos a quienes tenemos chantajeados de una forma u otra: gracias por apoyarnos y no lo hagan pa' que vean, so cínicos...".
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viernes, 23 de diciembre de 2011

lunes, 19 de diciembre de 2011

Navidades enterradas

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En la fiesta navideña del trabajo, hace un par de días, le pregunté a una colega que sé vivió en la antigua RDA (ex-Alemania comunista), si antes de la caída del Muro de Berlín, en 1989, se celebraban fiestas así en los centros laborales de entonces. Dio un brinco en su asiento y me respondió: ¡Pero claro que sí! Me explicó que, cercanos los días navideños, todos se reunían para compartir, comer, beber y cerrar el año rodeados de adornos, motivos religiosos y arbolitos, aunque los jefes y los del Partido Comunista le dieran un corte triunfalista y aglutinador a esos encuentros, tipo 1ro de Mayo.

En Cuba, ni eso, le dije. Los irresponsables que gobiernan mi país desde hace más de cinco décadas se encargaron de que heredáramos de los "hermanos" del campo ex-socialista, sólo lo que les conviniera a ellos. Y, simultáneamente, de enterrar todo lo que oliera a Navidad, hasta la palabra misma. Así fue que millones de cubanos nacidos y crecidos después de 1959 nos vinimos a enterar, bastante tarde, qué eran las Navidades y qué se celebraba con ellas. Ella arqueó sus cejas en gesto compasivo.

Yoani al menos las conoció en secreto, dicha que tuvo. A cientos de miles de cubanos nos las ocultaron totalmente durante décadas y nos inculcaron (o trataron de hacerlo) un recelo y un rechazo enfermizos hacia las verdaderas, mientras salpicaban las universales fechas con consignas revolucionarias y propaganda anticristiana.

Lo triste del asunto: nuestros padres jugaron ese juego, convencidos de que era lo mejor para nosotros y para ellos. Y, al menos mi hermano y yo, vinimos a tener en casa el primer "insulto de arbolito navideño" a mediados de diciembre de 1998. Lo he escrito entre comillas porque era una de las tantas plantas que tenía mi mamá en macetas pero que, por su tamaño y forma, podía acoger motas de algodón simulando nieve y Navidades remotas.

Mi padre puso dos "regalos" al pie de la divina maceta: un avioncito y un carrito de plástico que compró por centavos en una tienda en divisas. El avioncito, para mí. El carrito, para mi hermano. Unos meses después viajaba yo hacia Alemania, donde resido desde entonces...

Mi colega del trabajo rió cuando le conté lo de las motas de algodón. Yo le mencioné que otros adornos no teníamos a mano. Ella siguió participando de la nueva conversación que se iniciaba en la mesa que ocupábamos unas ocho personas. Yo intentaba responderme, en la distancia, con qué derecho unos secuestradores de país nos arrancaron parte de nuestras vidas para satisfacer la propia, pisoteando tradiciones y recuerdos en pos de una utopía que ha desbaratado a una nación entera.

¿Navidades en Cuba? A mí me las desenterraron a punto de cumplir yo los 30 años...
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viernes, 9 de diciembre de 2011

¡El desgobierno cubano viola mis derechos!

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Desde el 9 de diciembre de 2010, hace hoy exactamente un año atrás, en vísperas del "Día de los Derechos Humanos", el desgobierno cubano viola mi derecho a entrar a mi país de origen, en el que nací y viví 30 años.

Viola, descarada y arbitrariamente, el Artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos humanos, contra mi persona en especial el acápite 13.2, pues resido en el extranjero:

Artículo 13
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Si yo fuera la única... pero no es ni remotamente el caso. A miles no nos dejan entrar. A miles no los dejan salir.

Como entonces, no me siento culpable, en absoluto, del error y arrogancia de la dictadura cubana, ni de ninguna de las mentiras que han intentado propagar para justificar una medida de tal magnitud: la condena al exilio eterno sin retorno ni siquiera de corta duración a Cuba, la separación tajante de la familia, de las raíces, de mi Patria, sin proceso judicial ni legal de por medio. ¿Cuándo se ha visto a una dictadura respetar las leyes y derechos de sus ciudadanos?

Me prohiben entrar a la isla por expresarme libremente en las redes sociales. De un plumazo me han aplicado la misma medida que a tantos miles de cubanos. La filosofía del "ahora te jodes", sin razones de ningún tipo ni proceso ni documento ni firma ni ley ni nada. Oral, sin que queden huellas de tal aberración, nos impiden a los cubanos incómodos regresar al país.

Han intentado descalificarme ante mi antiguo empleador, han entrado aquí a este blog dejando comentarios acusándome de agente de la CIA y no sé cuántas mentiras más. Qué pena me dan... siento asco por tales cochinadas de la dictadura castrista y sus lacayos.

No disfracen más su soberbia y arrogancia contra quienes se les oponen, contra ciudadanos LIBRES para justificar, con falsos comodines, su mentira ante convenientes adeptos que se les inclinan.

El fatalismo geográfico cubano podrá durar toda la eternidad pero no la solución biológica al futuro de Cuba, como mínimo. Y en ese futuro, que sí llegará, ustedes no tendrán más que un triste papel: bajar las miradas hacia el suelo libre que pisarán, por haber permitido, apoyado y llevado a cabo tantas bajezas contra sus compatriotas.

¡NO VIOLEN MÁS MIS DERECHOS!

¡RESPETEN LOS DERECHOS HUMANOS DENTRO Y FUERA DE CUBA!
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martes, 6 de diciembre de 2011

Máster en Física arreglando baños. ¿Dónde?

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Albert Einstein, por Karsh Yousuf

Cuando viajé a Cuba en el 2009 (ya no me dejan entrar, la dictadura castrista viola descaradamente ese derecho HUMANO universal), me encontré un día en la calle, casualmente, con una persona que conocía y no veía desde hacía más de 15 años.

Empezamos por los saludos de costumbre, luego las preguntas familiares y más tarde las esperadas: "¿Y, qué haces ahora, a qué te dedicas?"

Yo respondí primero; luego, él.

Su respuesta fue: "Hice una Maestría en Física pero me dedico a arreglar baños, de albañil, ¿sabes? Hago el trabajo fino en las paredes y todo lo que sea necesario. Siempre tengo qué hacer. Educación es una mierda, sigo allí no sé ni cómo, porque gano una miseria y con el dinero de los baños es que mantengo a mi familia".

Punto.

Despedidas, cada uno a seguir su camino, y yo a pensar en la corta conversación...

Yo no quise estar en su pellejo (ni entonces ni ahora) por varios motivos: Me hubiera ido de Educación (es maestro) muchísimoo antes, no sé cómo aguanta esa tortura profesional. El sólo hecho de pensar que después de hacer estudios de maestría en una ciencia exacta tan difícil, mi destino iba a ser hacer como que daba clases pero pensando en el próximo baño que me tocara arreglar, me hubieran hecho ingresar en un hospital para locos. Se le veía amargado, insatisfecho con su "doble" trabajo y resignado al presente y futuro que le habían tocado. Además, literalmente tampoco me hubiera gustado haber tenido su piel: vieja, arrugada, maltratada, fea, manchada por el trabajo en el campo, que también realizó por un tiempo, y que distaba kilómetros de la mía, y eso que no soy de cremas ni cuidados especiales.

Ud. explíqueme, por favor, en qué otro país diferente de Cuba, los profesionales altamente calificados tienen que subsistir desempeñándose en oficios o trabajos de simples obreros incluso no calificados.

Dígame, por favor, en qué otro país diferente de Cuba un profesional (sea Máster en Física, ingeniero, médico, etc.) gana una miseria o, lo que es lo mismo, en qué otro país diferente de Cuba el Estado desfalca y roba a sus trabajadores, pagándoles magros sustentos, para ostentar que la educación es gratuita y que tiene nivel (por cierto, ni lo uno, ni lo otro) pues la financia en parte con el dinero que no paga a sus profesionales.

Haga un esfuerzo y cuénteme, por favor, si en su país un chofer de Taxi, o un maletero de hotel, o un dependiente de una cafetería ganan más que un Máster en Ciencias Químicas o que un Ingeniero en Informática actualmente empleados en lo que estudiaron (como varios conocidos, amigos, vecinos cubanos que conozco personalmente y que han abandonado su camino profesional para poder mantener a su familia).

Convénzame, por favor, que para un joven en Cuba tiene sentido comenzar un estudio universitario conociendo que de limpia pisos en una firma extranjera ganará hasta tres veces más de lo que ganaría una vez graduado en su profesión.

Intente explicarse, a ver si lo logra (no es difícil, ¡se lo aseguro!), por qué el país se desangra migratoriamente y el éxodo de profesionales en busca de un futuro mejor crece, y crece y crece por año.

Después de un corto tiempo, Ud. conocerá al dedillo las respuestas. Sabrá responder sin dificultad todas y cada una de las preguntas, y otras más. Máster en Física arreglando baños. ¿Dónde? ¡En Cuba! gritará con tristeza. Y no será el único.
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lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Y por qué siempre ponen cosas malas?

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"Una ciudadana más". La Habana 2009.

Hasta una niña de seis años se da cuenta de cuándo la información que le transmiten, representa sólo una parte de la realidad que vive.

Eso me ha pasado con mi hija. Estábamos en el carro con la radio puesta y llegaron los minutos de noticias. Primero los titulares, luego las noticias ampliadas: Que si un niño tuvo un accidente en la vía cuando intentaba cruzar la calle en su bicicleta y el conductor de un auto no lo vio; que si un bebé apareció muerto en un latón de basura y la policía investigaba al respecto; que si protestas en no sé qué lugar; que si problemas en no sé qué otro...

Pasados los cinco minutos acostumbrados, saltó del asiento con su pregunta: "Mami, ¿Y por qué siempre ponen cosas malas?".

Su padre le respondió mientras yo intentaba recordar cuándo fue la primera vez que, viviendo en Cuba, me pregunté lo mismo. Cuándo fue que me hastiaron las noticias de "todo lo malo" que sucedía afuera, manipulado de sobra y acompañado de una sobredosis de resignación fatalista: "El Capitalismo es cruel, en África se mueren por miles todos los días, en el Medio Oriente hay guerras, allá miseria, acullá desempleo astronómico y Haití está peor que nosotros, así que mejor nos quedamos quietos que Cuba es el paraíso mismo".

Así viven entonces en la isla, por cientos de miles, personas que no ven el derrumbe de la arquitectura local, que no saben que sí están pasando hambre cada día, que ni se imaginan que sí les pisotean sus derechos, que ni se dan cuenta del churre inmenso que les rodea. No en vano los primeros comentarios de cuanta gente sale y regresa a Cuba más tarde, casi siempre coinciden: "¡qué limpia es Berlín!", "¡qué pintadas y bonitas se ven las casas en Tenerife!", "¡qué sucias las calles de La Habana!", "¡ésto está de madre!"...

No por gusto el desgobierno cubano trata de impedir a toda costa que el pueblo tenga libre acceso a la información. Se filtran noticias, comentarios en blogs, carticas de no sé quién a no sé quién, videos hasta de una protesta al doblar de la esquina, pero aún el férreo control sobre qué tipo de información deben consumir los cubanos es prioridad número uno de la dictadura. Saben que pueden soltar en todos los demás aspectos pero, en ese, se les va a pique el barco más pronto.

Mi hija sí puede comparar, y lo ha hecho solita, porque no le tienen que edulcorar las noticias ni en la tele ni en la radio ni en ninguna otra parte para mostrarle lo bueno que le rodea. Ella ve, vive constantemente en carne propia muchas cosas buenas, en su casa, en la escuela, en los mercados, en la calle.

Pero en Cuba no, allá el churre de la ciudad y las noticias apesta pero no lo sienten, y hay hasta quien dice que huele a perfume.
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viernes, 2 de diciembre de 2011

La despersonalización del que disiente

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Dar click para ampliar la foto de mi comidita cubana...

En mi perfil de Facebook he publicado a lo largo de más de tres años, muchísimas fotos que he hecho personalmente. De Cuba, de Alemania, de otros países que he visitado... Las más comentadas son, sin embargo, las fotos del álbum "Comida cubana en Berlín". Oye, cada vez que subo alguna, le abro el apetito a Facebook entero si pasara por allí...

A veces lo pienso dos veces antes de subir fotos tan apetecibles y seductoras, sobre todo en los días en que noticias de corte muy diferente copan las redes sociales, en especial las relacionadas con Cuba. Y es que, entre una protesta en el Parque de la Fraternidad, las denuncias de y el acoso policial a disidentes, la madre de Alan Gross pidiendo la liberación de éste (que ha perdido 45,4 Kilogramos desde que está en la cárcel castrista) y un plato de comida cubana, pues no quedan muchas opciones para priorizar adecuadamente qué publicar y qué, mejor, no.

No obstante publico las fotos de mi comidita cubana de cuando en vez y constato cómo la gente, también, tiene interés en tales "noticias". Porque en realidad, y sobre todo enfáticamente por parte de la dictadura de los Castro, al que disiente se le despersonaliza, se le tacha de autómata y se le confina al saco de lo antisensorial, lo insensible, lo cruel, lo inexpresivo, lo visceral, lo frío, objeto.

Qué saben ellos, ni les interesa siquiera, si una instruye a personas con más nivel cultural y profesional que el que ellos mismos ni imaginan, lee libros cuando otros duermen, ríe de felicidad por las ocurrencias de sus hijos o atiende una familia, una casa, una profesión y una vida, tan intensas, multifacéticas, llenas y ricas como envidiaran ellos a escondidas.

Los gusanos, contrarrevolucionarios, mercenarios, pagados por el Imperio, agentes de la CIA, como acostumbran a vomitar a toda voz contra quienes se les oponen, no respiran, no se inmutan, no tienen vida privada, no sufren, no extrañan, no lloran, no tienen sentimientos, no son personas. "Ellos" sí, sin embargo.

Y no sólo ellos, por cierto, pues hasta los metidos en el mismo saco maléfico que no merecen, esperan de una que una solamente publique lo disidente, lo top news, lo impersonal. ¡Y lo bravos que se ponen cuando se cambia el tema a uno absolutamente terrenal!

Por eso me encanta leer los comentarios a las fotos de mi comidita cubana (que no cocino yo sola, aclaro) y comprobar con qué desenfado y familiaridad se desencadena el intercambio posterior. La gente tira un cable a tierra, y yo. Constata que, del lado de acá, hay una persona tan "persona" como cualquier otra. Se acerca más al asunto de que, quien llama gusano a otro, por ejemplo, no tiene más que podredumbre en su cabeza, por tanto gusanos que le corroen el cerebro, el alma. No sé a otros, pero escribiéndome la palabra gusana en el idioma que les dé la gana o vociferándola con el tono de voz que más sarna les dé, no hacen sino echarme a reir. El sayo no me sirve, no me inmuto, no me afecta en lo más mínimo, no me siento como tal, estoy vacunada contra tanta rabia y resentimiento.

A ellos, indiferencia y platos deliciosos que componen los menúes que como a diario. Cubanos, cubanísimos ¡y tan lejos de Cuba! Exquisitos como anhelaran tener en la mesa de su casa. Pero son tozudos... no crean: sólo repiten. Se dejan despojar de lo humano para defender lo inmaterial, lo abstracto, lo ficticio, lo que ha demostrado que no tiene futuro.

¿A quiénes se despersonaliza entonces? O, mejor dicho-escrito, ¿quiénes se dejan despersonalizar?


[En el menú de la foto:
Albóndigas de carne (¡de carne de verdad!), calabaza con mojo, arroz blanco, plátano fruta y ensalada de pepino y tomates. Para acompañar, aunque no parte de la foto, jugo de guayabas.]

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jueves, 1 de diciembre de 2011

UN SOLO PAIS, por Oswaldo Payá

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Un partido político tiene derecho a tener su propia propuesta para la sociedad y su propio proyecto, también si es el Partido Comunista. Pero es ilegítimo y tiránico que la propuesta, la filosofía y la práctica de este partido determinen la negación de muchos de los derechos de los ciudadanos, incluyendo el derecho a tener otros partidos.

Continúa en UN SOLO PAIS, SOBERANO. UN SOLO SISTEMA, DEMOCRÁTICO. UN SOLO PUEBLO, LIBRE.
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