lunes, 23 de junio de 2008
¿Qué hacer si el niño se traga un pedazo de cartón?
Pues lo primero es quitarle el otro pedazo de las manos no vaya a ser que el muy bandolero se lo meta también en la boca. Lo segundo es mantener la calma y ver si el pedazo de cartón aun está en su boquita. Con eso asumo que no se atragantó ni nada, sino que Ud. se ha dado cuenta porque de pronto, seguro de que no hay ratoncitos en su casa, ve al niño con una postal incompleta en su manito, como la de la foto.
Lo tercero es esconder, como ha hecho hasta ahora, todo lo que huela a peligro para un bebé de 11 meses (¿bebé?), amén del agente disociador hermanita mayor que saca de donde Ud. menos se lo espera el próximo peligro.
Y lo último, a gusto del consumidor: yo le dije "muchacho, ¿pero tú eres un chivo, o qué?". Y ahí puede que lo miren con ojazos bien abiertos, que se rían de Ud., o que Ud. mismo empiece a cuestionarse si los chivos de verdad comen papel, o es que en Cuba le dijeron que comían eso porque no había hierba... todo puede suceder... :-)
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7 comentarios:
Cuidado, los niños comen de todo a esa edad, la prueba; mi hija de 2 años tenia una cucaracha muerta en la boca, con paticas y todo, te imaginas el susto que pase, ademas la cucaracha estaba envenenada con
Baygon verde, bueno todo termino bien, pero el SUSTO, fue grande...
¡Pobrecito, Agua! Y qué cómico, la verdad. A esa edad son unos bombones.
Un beso.
Yo pensé que le ibas a dar un plumón para que lo dibujara mientras estaba en la garganta, agu :-D
Saludos desde Londres.
Anónimo(a), con una cucaracha en la boooooca!!!!!! quéeeeee susto!!!!!!
Ivis, Cuban, yo al final también me río :-)
Saludos para los tres!!!
Bueno, bueno, que las madres siempre están exagerando.
Mi padre decía que en esos casos no hay que desesperarse (a menos que sea un billete de cien fulas), que a los tres días como máximo tienes el papel de vuelta!
:-)
yo un día me tragué una bola... y regresó!!
Saludos, Yoyo!
Una de mis hijas cuando era pequeña se robaba los cubitos de hielo del congelador para chuparlos y muchas veces se atragantaba con ellos. Por suerte era hielo y pronto se derretian. Ocurrencias de los niños que uno nunca puede preverlas todas.
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