La mediación de la Iglesia
Comunicado de la campaña #OZT: Yo acuso al gobierno cubano sobre la mediación de la Iglesia Católica en la liberación de los presos políticos cubanos.
El reciente diálogo entre la alta jerarquía de la Iglesia Católica y el Gobierno cubano en torno a la excarcelación de los presos políticos es un suceso alentador. Nosotros favorecemos una vía negociada para la consecución de esta meta, que es la razón fundamental de ser de nuestra campaña.
También celebramos el fortalecimiento de la capacidad mediadora de la Iglesia, a condición de que ésta no asuma el papel de las partes entre las que busca mediar. La negociación no es entre la Iglesia y el Gobierno, sino entre el Gobierno y el sector pro-democrático de la población cubana, sistemáticamente reprimido por aquél.
La disposición del Gobierno a dialogar con la Iglesia surge en un contexto específico, que es imposible escamotear. A este diálogo se llega tras el sacrificio supremo de Orlando Zapata Tamayo, la huelga de hambre y sed de Guillermo Fariñas, las marchas de las Damas de Blanco y las Damas de Apoyo, la unidad efectiva de la oposición, el exilio, la sociedad civil cubana y la comunidad internacional en torno a una demanda justa: la liberación de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos en Cuba. Cualquier liberación parcial de presos que presuponga la fractura de esa unidad y esos factores va contra el interés de aquellos que permanecen en las cárceles.
Nuestro compromiso es con los 26 presos enfermos por los que ayuna Fariñas y también con las víctimas de la Primavera Negra. Pero no solo con ellos. Nuestra meta no es volver a la situación de Cuba en marzo del 2003. La campaña #OZT: Yo acuso al gobierno cubano durará mientras existan presos políticos en Cuba y sus ciudadanos carezcan de las garantías mínimas para el ejercicio de los derechos humanos.
Además, los invito a leer un excelente artículo de opinión de Rafael Rojas, historiador cubano y exiliado en México, publicado en El País: El falso dilema de la transición cubana. Aquí un fragmento:
"El Gobierno de Raúl Castro no realiza esas reformas porque quiera proteger al pueblo de sus enemigos, sino porque no quiere ceder un ápice de su viejo y atrofiado poder. El derrocamiento de la Revolución, la pérdida de la soberanía de la isla o la restauración del capitalismo no son amenazas reales. Son ficciones concebidas para postergar, una vez más, el cambio que necesitan todos los cubanos, incluyendo los que forman parte del actual Gobierno."
Más claro, ni el agua:
* cuál es el verdadero enemigo de la nación cubana,
* quiénes deben sentarse en mesa de negociaciones para decidir el futuro de esa nación que pide a gritos un cambio,
* magnitud e importancia del apoyo, también externo, mientras existan presos políticos en Cuba.