jueves, 21 de marzo de 2013

Caminando por pasillos

votar

Foto de Eine Schule für alle

Cada vez que entro a un centro de enseñanza en Alemania no puedo evitar pensar en el mismo tema mientras recorro sus pasillos o entro a sus aulas. He visitado muchos de ellos en los años que llevo aquí, desde escuelas primarias de barrio hasta instituciones de educación superior de alto prestigio, lo mismo privados que públicos, ya sean grandes, distribuidos en varios campuses, o pequeños. Y siempre, sin excepción, pienso en el mismo tema. Para ser sincera, pienso en muchos temas, pero hay uno recurrente que se repite una y otra vez durante la visita completa, de lugar a lugar.

Se trata de las paredes y de lo que cuelga de ellas. En ninguna, absolutamente en ninguna de las tantísimas en que me he fijado, he encontrado jamás una propaganda ideológica, o partidista, o de culto a alguna personalidad del gobierno actual o de los anteriores. ¡Y mira que tuvieran tela por donde cortar!

Ninguna foto de la Merkel. . Ninguna cita de ninguno de sus discursos o intervenciones. . Ni un centímetro cuadrado de papel relacionado con el partido que dirige. . Tampoco de ningún otro político ni de ningún otro partido. . Nada... Ni tampoco en la ciudad, por cierto, a no ser en los períodos electorales. Nichts...

Y yo, que vengo de Cuba, donde la propaganda ideológica de la dictadura es apabullante, cansona, asfixiante, aburrida, tediosa, agobiante, en escuelas, en edificios, en muros y vallas, en la televisión, en la radio, hasta en el aire que se respira, pues no dejo de comparar con lo que me encuentro en los recintos educativos alemanes, por poner sólo un ejemplo.

No, no quisiera que mis hijos crecieran leyendo frases ni idolatrando caras de personajes fantasmas, ni muertos ni menos vivos que estén en esas paredes porque un partido o un hombre decidan que son más importantes que dibujos coloridos o sueños infantiles. Bastante con todo el aserrín que me metieron a mí en la cabeza desde que nací.

Ni una sola viruta de todo ello quiero que jamás roce a mis hijos. Es lo que me repito una y otra vez caminando por pasillos anchos y angostos...
Share |

0 comentarios: