Perla número 1:
¿Cómo vamos a decir: "esta es nuestra patria", si de la patria no tenemos nada? "Mi patria", pero mi patria no me da nada, mi patria no me sostiene, en mi patria me muero de hambre. ¡Eso no es patria! Será patria para unos cuantos, pero no será patria para el pueblo (APLAUSOS). Patria no solo quiere decir un lugar donde uno pueda gritar, hablar y caminar sin que lo maten; patria es un lugar donde se puede vivir, patria es un lugar donde se puede trabajar y ganar el sustento honradamente y, además, ganar lo que es justo que se gane por su trabajo (APLAUSOS). Patria es el lugar donde no se explota al ciudadano, porque si explotan al ciudadano, si le quitan lo que le pertenece, si le roban lo que tiene, no es patria.
Precisamente la tragedia de nuestro pueblo ha sido no tener patria. Y la mejor prueba, la mejor prueba de que no tenemos patria es que decenas de miles y miles de hijos de esta tierra se van de Cuba para otro país, para poder vivir, pero no tienen patria. Y no se van todos los que quieren, sino los pocos que pueden. Y eso es verdad y ustedes lo saben (EXCLAMACIONES).
Perla número 2:
Bien merecen los periodistas la oportunidad de trabajar; el periodista trabaja para el pueblo, el periodista informa al pueblo. El pueblo solo necesita que le informen los hechos, las conclusiones las saca él, porque para eso es lo suficientemente inteligente nuestro pueblo cubano. Por algo las dictaduras no quieren libertad de prensa, por algo nos tuvieron censurados y amordazados durante tantos meses (EXCLAMACIONES). Durante tantos meses seguidos, que sumados —como bien dicen ustedes— eran años.
Pero, además, cuando no había censura no podía decirse, sin embargo, que había libertad de prensa. Porque cuando un derecho se lo pueden arrebatar al pueblo de un día para otro tranquilamente, no es un derecho. Existe un derecho, cuando es realmente un derecho seguro; cuando se puede disfrutar sin el temor de que se lo arrebaten, porque nadie puede arrebatárselo (APLAUSOS).
Libertad de prensa hay ahora, porque sabe todo el mundo que mientras quede un revolucionario en pie habrá libertad de prensa en Cuba (APLAUSOS). Quien dice libertad de prensa, dice libertad de reunión; quien dice libertad de reunión, dice libertad de elegir sus propios gobernantes libremente (APLAUSOS). Cuando se habla del derecho de elegir libremente, no se refiere solo al presidente o a los demás funcionarios, sino también a los dirigentes; el derecho de los trabajadores a elegir sus propios dirigentes (APLAUSOS). Cuando se habla de un derecho después de la Revolución triunfante, se habla de todos los derechos; derechos que son derechos porque no se pueden arrebatar, porque el pueblo los tiene asegurados de antemano.
Cuando un gobernante actúa honradamente, cuando un gobernante está inspirado en buenas intenciones, no tiene por qué temer a ninguna libertad (APLAUSOS). Si un gobierno no roba, si un gobierno no asesina, si un gobierno no traiciona a su pueblo, no tiene por qué temer a la libertad de prensa, por ejemplo (APLAUSOS), porque nadie podrá llamarlo ladrón, porque nadie podrá llamarlo asesino, porque nadie podrá llamarlo traidor. Cuando se roba, cuando se mata, cuando se asesina, entonces el gobernante tiene mucho interés en que no se le diga la verdad. Cuando un gobierno es bueno, no tiene por qué temer a la libertad de reunión, porque los pueblos no se reúnen para combatirlo, sino para apoyarlo. Quienes, como nosotros, tienen hoy el privilegio de ver a la masa del pueblo reunirse para brindarnos su respaldo, pueden comprender perfectamente, que solo cuando los gobernantes se han granjeado la enemistad de su pueblo, pueden concebir la estupidez, la injusticia, de negarles a los ciudadanos el derecho a reunirse (APLAUSOS).
¿Que de dónde saqué esos fragmentos? Pues nada más y nada menos que de un discurso de quien tú sabes en la Ciudad de Camagüey el 4 de enero de 1959.
¿Y qué pasa en Cuba más de medio siglo después?
No tenemos patria los cubanos como un lugar donde se pueda vivir, trabajar y ganar justa y honradamente el sustento.
Casi un quinto de la población nos hemos ido del país después del 59 a consecuencia de la política impuesta a los cubanos por más de 5 décadas.
No tenemos periodistas que trabajen para el pueblo sino para el partido político único que desgobierna el país. A los que se arriesgan a escribir lo no permitido por ese desgobierno, los persiguen, los reprimen y en numerosas ocasiones los encarcelan y echan de sus trabajos sin importar que tengan familia que mantener.
Cuba tiene un desgobierno que en vez de informar los hechos, evita que el pueblo los conozca a no ser lo que le convenga. Ese desgobierno elabora y manipula las conclusiones que debe sacar el propio pueblo. No, no considera al pueblo suficientemente inteligente sino que dócil, engañable, servil.
Tenemos una dictadura que nos arrebató a los cubanos muchos derechos humanos elementales a costa de mal garantizarle otros pocos.
No tenemos libertad de prensa, la censura es extrema y se penaliza la discrepancia.
No existen la libertad de reunión ni de asociación.
Ni tampoco la de elegir a los propios gobernantes libremente si no son los que propone ese partido único que mal dirige al país. El pueblo no sólo no puede elegir al presidente o a los demás funcionarios sino que las marionetas "elegidas" en la base son las que aplauden y obedecen como ovejas lo que ese partido único decide.
Tenemos un desgobierno que no actúa honradamente sino como le conviene para mantenerse en el poder, por más de medio siglo ya.
Tenemos gobernantes que han traicionado a su pueblo, empezando por el dictador mayor, el autor del discurso.
Siempre le temieron a la libertad de prensa, él sobre todo, porque han robado y saqueado al país y hasta matado a quienes se les han metido en el camino. Claro que nunca han tenido interés en que se conozca otra verdad que no sea la suya, olímpica mentira si comparamos todos los discursos de antaño con lo que ha quedado de país y de daño antropológico en los cubanos.
Fidel Castro fue y es un mentiroso. Engañó a la generación de mis padres, obligó no sólo a la mía a marcharse del país y pretende que las nuevas generaciones lo apoyen a él y a su desgobierno a ritmo de actos de repudio, de chivatos y de doble moral.
Más de otras cinco generaciones serán necesarias para enderezar tanto daño a Cuba y a los cubanos.
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