Y le digo que no necesito introducción alguna porque otros dos textos, en sendos blogs cubanos, no la pueden evocar mejor:
- La dicha de los pordioseros, un excelente escrito de Miriam Celaya en su blog sin EVAsión, y
- ¿Por qué no se usa la entrada trasera de “La Covadonga”? (Hospital Salvador Allende), por Martha Beatriz Roque y publicado en el blog de Emilio Ichikawa.
Continúo entonces con el testimonio gráfico y escrito que me ha enviado una cubana, en su cuarta parte:
- Pero mire [conversa la Jefa de Enfermeras del Hospital Oncológico de Matanzas con la paciente], dígale a su acompañante que se apure y recoja agua. Ahora fue que pusieron el agua, la ponen sólo una vez al día por unos minutos y no viene más hasta mañana, así que llene todo lo que tenga para que después no le falte.
...Mientras tanto usted puede pedirle a la enfermera que le haga un papel para ponerse en la cola de los taxis que llevan a los pacientes de regreso a sus municipios. Yo sé que hoy es lunes, pero hágalo desde ahora, así el viernes se puede ir temprano. Ojalá que no le toque la limosina.
- ¿La limosina? ¿A qué se refiere?
- Bueno, la limosina es un taxi con el que un compañero hizo un trabajo muy bueno, porque unió dos carros que ya estaban descontinuados y los soldó por el medio. Ahora tiene capacidad para tres personas más. Pero mija, qué te voy a decir, la limosina se está cayendo a pedazos. El piso está lleno de huecos; si llueve el agua va entrando por debajo y las ventanillas no se pueden cerrar, pero eso no es lo peor. Lo más malo es que el enfermo de alante tiene que ir aguantado por alguien que vaya detrás porque la puerta de ese asiento se abre continuamente. No es tan malo... lo malo es que el enfermo se puede caer a la carretera si el carro coge un bache o si se le mete un bicicletero o un animal delante y el chofer tiene que frenar de momento. Pero bueno, es muy barato, son como 50 pesos cubanos [unos 2 USD] por persona... Los otros taxis están mejores, porque son los carros que eran para el turismo y también los descontinuaron, pero esos no van a los municipios. Además, los choferes de esos taxis hacen un viajecito pequeño y después se desaparecen porque aprovechan y se pasan el día “boteando”. Imagínate, mija’, ellos también tienen que comer.
...Después que te apuntes para los taxis asegúrate de que tu acompañante te recoja la comida. Mira, por ahí viene el carrito, ya viene doblando la esquina.
- ¿Qué es... eso es la comida? ¿Aquellos cubos de aluminio que parecen sancocho de puercos? Ay, perdone, es que desde aquí se puede ver cómo el líquido amarilloso se va moviendo por toda la calle... ¿No tendrán unas tapitas para tapar esos cubos? Por lo menos tirarle una sabanita por encima o algo...
- Y gracias que esa compañera trae la comida empujando el carrito desde el otro hospital, es que esa comida no la hacen aquí, esa comida viene del otro hospital que está a tres cuadras más arriba. El huevo ya llega un poco verde porque lo salcochan muy temprano, pero por lo menos es proteína. Pero el yogurt de soya, si llega bien, hay que tomárselo enseguida porque el refrigerador no sirve, no enfría mucho.
...Bueno, lo que enfría es el congelador y de ahí pasa algún aire a la parte de abajo. Mira, hace días que no quitan la luz, pero cuando la quitan todo se echa a perder, no es fácil... Encima, como ese es el único refrigerador para toda la sala, el abre y cierra de la gente tratando de acomodar los “pepinos” de agua no deja que se enfríe bien nada. Ah, pónganle su nombre a su pomo para que nadie se lo vaya a robar.
(Continuará...)
Relacionado:
* Primera parte
* Segunda parte
* Tercera parte
* Quinta parte
* Sexta parte y final
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