(Joyitas que una encuentra en una feria navideña... Dar click para ampliar la foto que hice en diciembre 2009)El que mi bloguerío haya disminuido considerablemente en los últimos tiempos (variadas las causas, nula la falta de ganas) no ha afectado que este blog siga ocupando una buena posición en la mayor red social de bloggers hispanos. Vaya, que un lugar cercano al 400 de entre más de 400mil blogs indexados por
Bitacoras.com no está nada mal, ¿eh?, como tampoco estar en la
posición 4 de entre más de 150mil blogueros registrados allí. ¿En el 4? ¡Pero si yo no he hecho nada!
Varias semanas me llevó intentar descubrir los por qués y nada: todavía me los pregunto. Tanto para el ranking de blogs como para el ranking de usuarios. Tengo una vaga idea que he tratado de sacar de la metodología, pero no, las cuentas y los experimentos fallan al final. Ya me he decantado por dos razones que creo más viables pero sigo en pañales, pues contrastan con mi poca actividad bloguera en los últimos meses. Para el índice de autores creo que pesa mucho la actividad en Twitter (supusiera yo, pero es que ni allí la mía es tan intensa tampoco) y para el de blogs creo que la clave está en enlazar a otras bitácoras o posts inscritos en esa red,
dominada por españoles principalmente pues más de la mitad lo son. Pero a ciencia cierta, me paso con ficha.
Honestamente, creo que los muchachos y muchachas de Bitacoras.com deberían revisar los criterios para los rankings, pues el último experimento que he hecho, sin quererlo, demuestra que mi presencia allí no cambió mucho, ni la de mi blog tampoco, cuando en realidad he estado apartada de este blog personal que ustedes están leyendo ahora, los comentarios y mi relación con los lectores ha disminuido muchísimo, las visitas también, el número de posts publicados va por el mismo camino y, como resultado, el eco en otros blogs muestra iguales síntomas, todo ello, repito, no por falta de ganas de mi parte.
Todo este cuento lo hago porque pudiera pensar entonces: "Bah, qué más da, bloguee o no sigo en el 4 entre miles de autores y mi blog tampoco está mal en el ranking".
Pero esto es peligroso, pues la posible falta de interés se pudiera extender también a otros temas: "Ah, qué importa un
preso con licencia extrapenal más o uno menos si ahora mismo lo que le interesa a la gente es el partido de fútbol que están jugando USA e Inglaterra, o el que está por jugarse, o hablar de los que ya se han jugado, donde los sudcoreanos hicieron lo que les dio la gana contra Grecia y el partido de Argentiva vs. Nigeria hizo brincar de júbilo a los primeros, al final, aunque yo me tapara los ojos cada vez que salía Maradroga, ese que tiene un tatuaje del Che y lo luce como trofeo". [Corchetes 1: cómo me gustó la aplicación para Twitter
World Cup 2010, donde los tags de los países salen en los tweets con banderitas y todo, qué chulos, chico, pero qué monos. La gente tiene cada ideas... Oye, ¡que lo digo en serio!].
¿Por dónde iba? Es que el fútbol también a mí me distrae...
Pues que no, que del evidente jueguito con los presos políticos que se trae entre manos el gobierno cubano no sólo
se da cuenta una ONG alemana o parte
de la oposición en la isla, sino que hasta el menos informado de los desinformados ve que hay gato encerra'o en el asunto. [Corchetes 2: o repite
como Desatinos que sí, que la tierra cubana se mueve y que hay que tirar fuegos artificiales que impidan que él mismo se siga hundiendo en su miércoles. Oooops, perdón].
Cualquiera con dos dedos de frente debía preguntarse qué ventaja para los presos trae el cambiarlos de una prisión hacia otra sino ablandar a sus familiares para que no desfilen más por las calles de la Habana con gladiolos en las manos, como hacen las
Damas de Blanco, o para dar una imagen angelical ocultando los tarritos y el azadón de la punta del rabo precisamente a unos pocos días de la reconsideración en la Unión Europea de la posición común de la misma con respecto a Cuba, o para congraciarse con la Iglesia local y Papal justo antes de la llegada de un embajador de ésta última a mi país de origen.
No, la conclusión no puede ser que importa, claro, un preso político menos en prisión sino que a quienes hay que liberar es
a TODOS los que están allí injustamente. Digo yo.