Este fin de semana que pasó fuimos con los niños al Mercado Navideño de Alexander Platz, en el corazón del "nuevo centro" de Berlín. Todos los años inauguran muchísimos por toda la ciudad, por toda Alemania, siempre un mes antes de Navidad. Este año comenzaron el 21 de noviembre. El 25 de diciembre ya estarán completamente desmontados: no duran ni 5 semanas. Hace tres años, en el 2008, andábamos por los de Colonia. El de la Catedral de Colonia lo visitan unos 5 millones de personas cada año.
A mí me encantan los Mercados Navideños. Tradiciones así no existen en Cuba. El ambiente es festivo y se pasa muy bien. Incluso el frío, eterno asistente todos los años, se olvida un poco cuando se camina entre la gente, cuando se puede caminar, claro, porque siempre están repletos. Artesanos venden sus creaciones, gastronómicos sus especialidades y músicos su talento. Y las atracciones para grandes y chicos no faltan. Los "aparatos", como les llamamos en Cuba.
Pues este año me topé con un "aparato" al que no dudé en hacerle una foto. Porque igual se la hice en el 2009 pero había olvidado dónde la guardé aquella vez. El aparato lleva por nombre Revolution.
El eje que ven a la izquierda en la foto, hace de péndulo principal. Ese péndulo sostiene un banco en el que pueden sentarse a la vez unas 15 personas. El péndulo comienza a moverse, unos pocos grados primero, luego 45, 90, 180, y la velocidad máxima la alcanza a los 360 grados. La gente hace cola, compra tickets, se sube al banco, comienza a balancearse, a gritar, a rugir, a llorar histéricamente en el "aparato" Revolution.
Muchos no saben, sin embargo, que Revolution se quedó trabado en el 2010. De pronto las extremidades del "aparato" hicieron lo que les dio la gana y dejaron a la gente de cabeza, hasta que pudieron sacarlos de allí algunas horas después. ¡Con el frío que hubo el invierno pasado!
Creo que nunca leen la advertencia escrita en los escalones antes de subir (ver foto). Ni tampoco la advertencia tropical del "aparato" Revolution mayor, el que no funciona hace más de medio siglo.
Yo nunca fui de montarme en norias ni montañas rusas ni brazos rotatorios para perder la cabeza y lanzar gritos de horror, pero por mucho que sean de seguros los "aparatos" actuales, si me preguntan, ni a mata'o me monto en uno de esos, págenme lo que me paguen.
¿Revolution? ¡Pa' su escopeta!