miércoles, 30 de enero de 2008

Entendiendo el desarrollo

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(Foto tomada de stuttgart-fotos.de)

Al llegar a Berlín una de las cosas que más trabajo me costó fue entender y respetar el tráfico Alemán: su sistema de señales, las costumbres de sus choferes y las de los peatones. Todo un complejo mecanismo que funciona excelentemente, quizá impresión precipitada de una tercermundista cubana, y que se me hace difícil de criticar. Yo saqué la licencia de conducción en Cuba justo una semana antes de irme de allá en el 99. Nunca más me he montado al timón de un auto. Pero las reglas del tránsito y sus señales son en su mayoría internacionales, así que nada más se trata de entenderlas y respetarlas. No obstante, a veces se agobia una con tantas señales juntas al punto de no entender para qué cosa es cada cual... Otras veces hay señales que no se ven "a simple vista" aunque estén ahí, casi mordiéndote las narices...

Señal viene. Por favor, toque aquí

Un día quise cruzar la avenida Leipziger Str. a la altura de la estación del Metro Spittelmarkt. El tráfico era continuo, denso, peligroso para aventurarse a abordar la otra acera con el muñequito del semáforo de peatones en rojo, como aun seguía después de diez minutos de esperar yo su cambio de color. "¿Y cuál será la frecuencia de cambio de este semáforo? ¿estará roto?", me preguntaba, comenzando a inquietarme.

Unos vendedores de frutas y vegetales tenían una tarima con colores muy llamativos en la acera. Me acerqué a ella para degustar con la vista algunas de las frutas entonces exóticas para mí. Maldición, el semáforo había cambiado y los que habían llegado después que yo habían podido cruzar. Yo no tuve esa suerte. Volví a pararme al borde del asfalto... espera y espera... Me volví a alejar en dirección al puesto de frutas. "¿Será que me están vigilando por una cámara oculta, jugando conmigo?", empezaba ya a dudar.

En eso observo cómo una pareja se acerca al punto donde yo había estado esperando. El hombre tocó con su mano el plástico amarillo que estaba en el poste. El semáforo puso la roja a los autos y el pequeño de peatones anunció la libertad para cruzar. ¡Bingo! ¡Esa era la clave! ¡Pero qué inteligentes los germanos... si no hace falta, ¿para qué cambiar la luz?

Sean sinceros, ¿qué cubano está acostumbrado a buscar información de ese tipo en un poste? Hasta yo cruzaba la calle 23 a medianía de cuadra, mirando para ambos lados y acelerando o disminuyendo el paso de acuerdo a la cantidad de autos que pasaban...
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martes, 29 de enero de 2008

Historias de Tania - Capítulo III

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(III)

–¡Tía, no me esperes! –gritó Tania desde la puerta, con medio cuerpo ya en la calle–. Yo como algo por ahí...

Tania vivía con su tía desde hacía unos cinco años. Se había ido de la casa de sus padres después de una de las tantas acaloradas discusiones con ellos. La convivencia era casi imposible y sus padres no entendían la independencia y libertad que ella necesitaba. Era una mujer hecha y derecha y todavía insistían en controlarle los pasos. Su tía política, primera esposa del hermano de su mamá (ya iba por la quinta) tenía un modesto apartamentico el cual le había ofrecido con cariño la noche que Tania llegó desperdigando lágrimas a trocha y mocha. Al día siguiente Tania echó sus pocas pertenencias en una maleta que otrora le sirviera para la escuelas al campo y se fue de la casa. La tía por lo menos respetaba el ámbito de su vida personal, conversaba con ella como una amiga y la entendía como mujer. Tania era una buena muchacha, sencilla, amable, además de su única familia en Cuba; el resto vivía en Miami.

La mamá de Tania llamaba a escondidas a su antigua cuñada para preguntar por su hija. Siempre terminaba con la misma frase “Esa muchachita no nos quiere hacer caso... ¡qué van a decir los vecinos!”. Después se lamentaba otros cinco minutos y se despedía. Ella era la de la Federación en la cuadra. No todos los cubanos y cubanas de la edad de Tania, con problemas generacionales similares o peores, tenían un lugar a donde ir. Tania era afortunada. Por eso recogió sus cosas y se fue, no sin antes llorar amargamente mientras le espetaba a sus padres que el Partido era el principal culpable de las discordancias en las familias cubanas por meter las narices en la vida privada de la gente, valiéndose para ello de dirigentes incapaces como Jorge, vecino además de su casa. La madre y el padre montaron en cólera e hincharon al unísono los orificios de las fosas nasales:

–¡Pues en esta casa mandamos nosotros y tú tienes que hacer lo que nosotros digamos, gústete o no!

Tania fue para su cuarto y se encerró. Salió media hora más tarde con su maleta a cuestas.

Cuando sonó el teléfono ya Tania se había bañado. Ponerse su vestido minifalda naranja claro, peinarse su abundante cabellera y maquillarse un poco la cara fueron rutinas que terminó en pocos minutos. A las 7:30 pm ya estaba en su semáforo lista para pedir botella. Ella era la única. La vacía esquina lucía disconforme a esa hora y ya no pasaba tanta gente ni caminando ni en sus carros. Ojos Bellos quedó en esperarla a un costado del Yara entre las 8 y las 8:30 de la noche. Tania asintió cuando él le preguntó si la hora le convenía.

Regla de oro número cuatro: los asiduos aduladores no dan botellas cuando sus esposas o parejas los acompañan. Así se le fueron dos “conocidos” con los cuales había cogido botellas la semana anterior. Por suerte venía un panelito a lo lejos y el chofer mismo se ofreció para llevarla hasta 23 y 26.

–Ya en 23 podrás coger cualquier cosa. Enseguida estarás en el Yara.

–Sí, cómo no, conozco el camino –le dijo Tania y se montó a su lado sin dejar de pensar en el encuentro en el Yara. “¿Le gustará mi vestido?, ¿le gustaré yo?”, cavilaba.

El recorrido por Santa Catalina, Boyeros hasta 26 y 26 misma fue rápido, casi no había tráfico a esa hora en la ciudad. Cuando iban dejando atrás el Cementerio Chino Tania se dispuso a agradecerle al chofer su amabilidad.

–Le agradezco mucho el haberme traído. Yo no me imaginé que iba a llegar tan temprano.

–Si venía en esta dirección no iba a gastar más gasolina con traerte –le respondió con una sonrisa–. Te dejaré en el semáforo antes de doblar a la izquierda en 23.

–Muchas gracias otra vez. No todo el mundo sube a una extraña a su carro –añadió Tania al tiempo que acomodaba su carterita con las llaves de la casa, diez pesos cubanos y un dólar que guardaba para casos de emergencia, como cuando no le quedaba mucho tiempo para llegar temprano a su trabajo. Hoy no, hoy era viernes por la noche y salía a pasear, no obstante prefirió dejar el amuleto americano, como lo llamaba, en su cartera.

Cuando el auto se detuvo completamente Tania giró su cuerpo hacia la derecha para abrir la puerta. La abrió sin dificultad (a veces era una aventura imposible) y puso su pie derecho en el asfalto mientras hacía fuerza con ambos gemelos para levantar su cuerpo del asiento, dándole la espalda al chofer. Sin tiempo para reaccionar sintió cómo la mano derecha de éste le tocaba agitada las entrepiernas y le introducía toscamente los dedos en su ropa interior, pasando dos de ellos por su sexo y recorriéndolo salvajemente hasta tocar el ano. Todo ocurrió en centésimas de segundo. Tanía logró cambiar el punto de apoyo y ya estaba parada en la calle, atónita, ida del mundo por un instante, aturdida, sin palabras.

–¿Te pensabas, putica, que te ibas a ir así como así? –le gritaba el grosero chofer con una mueca diabólica en la cara mientras se olía los dedos, húmedos del sexo de Tania.

–¡Maricón! –fue lo que respondió ella retrocediendo y alcanzando la acera, arreglándose su pieza de lencería que Mano Larga había dejado atascada entre sus nalgas.

Cambió la luz del semáforo, la puerta sonó y Mano Larga se alejó en su auto sin dejar de oler su mano derecha. A Tania le costó trabajo reaccionar, cruzar la calle y dirigirse hacia la nueva esquina donde tenía pensado volver a pedir botella. El corazón le latía desbocado y las orejas al rojo vivo lanzaban chispas en todas direcciones.

Regla de oro número cinco: de noche todos los gatos son pardos y algunos pueden arañarte. Nadie más se percató del incidente.
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lunes, 28 de enero de 2008

Atando cabos...

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(Foto: EFE)

Silvio, dame una pista, me enteré por GeNeRaCiOn AsErE que "te vas". ¿Cómo interpreto eso de irte a residir a Chile, permanentemente? Los cubanos de la isla creo que serán los últimos en enterarse, ¿eh? ¿Es verdad la noticia?

Atando cabos pudiera pensar que es verdad: "excluido" del Parlamento cubano (¿te fuiste? ¿o te fueron?), un homenaje a tu persona por trovadores cubanos (ya saben que te vas...), una gira por las cárceles cubanas (¿para limpiarte un poco?), dando tu voto unido (todavía estás dentro...).

Tus discos y canciones que siempre me han gustado no los tiraré a la basura, no te preocupes.
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58. Berlinale

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Cartel principal
(Antonia Neubacher, diseñadora gráfica)

La semana pasada se decidió finalmente cuál será la serie de carteles que identificarán el 58vo Festival de Cine de Berlín, la Berlinale, a celebrarse entre el 7 y el 17 de febrero.

En el famoso certámen competirán alrededor de 360 producciones por el Osos de Oro y Plata. Según los organizadores del evento, más de 5000 producciones fueron enviadas, lo que constituyó un récord absoluto. La selección fue difícil y en cartelera habrá filmes de los siguientes países: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Finlandia, Francia, Hongkong, Inglaterra, Irán, Israel, Italia, Japón, México, Polonia, República de Corea y USA.

El documental de Martin Scorsese Shine a Light, sobre el concierto de los Rolling Stones, inaugurará la Berlinale el día 7 de febrero. Scorsese y los Rolling Stones estarán presentes. Será la primera vez que un documental abre la competencia.

Yo echo muchísimo de menos los Festivales de Cine Latinoamericano en la Habana...
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domingo, 27 de enero de 2008

Dos libros de Ruiz Zafón

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El Príncipe de la Niebla (Edebé, 1993)

El Príncipe de la Niebla fue la primera novela juvenil que escribiera Carlos Ruiz Zafón, a la edad de veintiséis años. Con ella ganó en la 1ra Edición del Premio Edebé de Literatura Infantil y Juvenil, en 1993.

El Palacio de la Medianoche (Edebé, 1994)

El Palacio de la Medianoche es su segunda novela juvenil. Después de haber leído las dos, una seguida de la otra, me he quedado con ganas de seguir leyendo algo de él. Eso me pasó con su primera novela para adultos, La sombra del viento, que se ubicó por cierto en el top-5 de mis libros preferidos por su prosa exquisita y sus personajes tan bien logrados, sobre todo el locuaz Fermín, personaje secundario de la misma.

Los dos libros que he terminado de leer (Ruiz Zafón tiene dos más: Las Luces de Septiembre, 1995, y Marina, 1999) me han recordado mucho el último año del Preuniversitario, cuando me leía casi tres libros por semana, la mayoría de ellos de la colección Radar.
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viernes, 25 de enero de 2008

¿Mejor solos que acompañados?

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Spirit, el robot de la NASA, ha tomado fotos interesantísimas del célebre planeta Marte que han causado euforia en los medios de comunicación. Lo mismo caras de "personas", que cabezas de muertos, que figuras "humanas" (como en la foto) pueden distinguirse en las imágenes que ha captado el lente de Spirit.

¿Seremos los únicos en el universo? ¿o tenemos compañía? Por sí o por no les recomiendo que, además de la música Country que propone Tim Burton en "Mars Attacks", se aprenda unos pasillos de Cha-cha-chá y ensaye con

Los marcianos llegaron ya
Y llegaron bailando rica-chá
Rica-chá rica-chá rica-chá
Así llaman en Marte al cha-cha-chá

Bailando o no, hay que estar preparados para lo peor: no descuide las ventanas de su casa por la noche no vaya a ser que un hombrecito verde se le cuele en la cama...
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Fotos de Cuba

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Por email me ha llegado este link con una Galería de Fotos que van a hacer recordar a algunos y a suspirar a otros.

Como verdaderas joyas y reliquias históricas pueden catalogarse algunas de las fotos: no se pierdan las de la esquina inferior derecha, con inigualables ejemplares de los carnavales, deportistas, rincones y lugares de la Cuba de ayer. Y bueno, de pueblos cubanos a lo largo y ancho de toda la isla, actuales y de antaño.

Gracias Betty!
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Blogging from Havana

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Blogging from Havana se titula el video que aquí les pego y que es parte de la entrevista que le hiciera The Wall Street Journal a Yoani Sánchez, la autora de Generación Y, y que comentara yo en un post anterior.

Es una pena y personalmente considero en exceso repugnante la "moda" de algunos ciegos que no quieren ver pero que se dedican a sabotear los comentarios a las entradas del blog de Yoani. Cada post de ella tiene cientos de comentarios, varios de ellos de tales personajes. Lo único que demuestran es la repulsión al debate, tan impregnada ya entre los que están alejados de lo que de verdad quieren y necesitan los cubanos.





Y este otro es más reciente, publicado hoy por la CNN:


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jueves, 24 de enero de 2008

Historias de Tania - Capítulo II

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(II)


A la semana de haberle devuelto la bicicleta a su amiga Olguita y de haberse iniciado en el arte de pedir botella para ir al trabajo y para regresar de éste, Tania intentaba definirse a sí misma como una aprendiz talentosa. Había pensado seriamente en la singular idea de escribir un tratado sobre el uso efectivo de las redes de transporte urbano privada y estatal. Aun carecía de la madurez suficiente en el ramo pero ya, con tan solo una semana de excepcional experiencia, había podido llegar a ciertas conclusiones.

La primera regla de oro saltaba a la vista como teorema irrefutable: las mujeres no dan botella a las mujeres más jóvenes que ellas. Tania no solo había comprobado personalmente la veracidad de tan incisiva afirmación sino que había visto cómo su aplicación se extendía también a otras muchachas como ella. ¿La frescura de la juventud contraponiéndose a la envidia de las ya entraditas en años? Quizá, tal vez, muy probable que así fuera... Sólo en una ocasión se le adelantó una señora mayor y le preguntó a la fémina que manejaba un Fiat blanco si podía llevarla, subiendo al auto segundos después. Tania no perdió tiempo y preguntó también a través de la ventanilla.

–Buenos días, ¿usted pasa por la Ciudad Deportiva? –coordenada irremediablemente ubicada en la dirección que indicaba la defensa delantera del auto.

–No –fue la tajante respuesta seguida de un acelerón con el cambio de luz del semáforo y acompañada además de un gesto cargado de desprecio.

–¡Qué pesada! –atinó a susurrar Tania mientras el auto se alejaba velozmente–. No importa, otro me llevará...

Regla de oro número dos: cuando preguntes, muestra decisión, firmeza, seguridad y clase pero no olvides ser agresiva. Y si te dan el bate, ignorar es lo más sensato. Pocos minutos después Tania comentaba el incidente con un hombre muy bien vestido y con olor a una colonia extravagante, que seguramente se había echado como catchup a las papas, quien la dejara montar a su lado para llevarla.

–Ah, las mujeres son así cuando ven a una muchacha bonita como tú –dijo el hombre mirando las piernas que Tania exhibía inconscientemente–. Tienes unas rodillas hermosas. Eres delgada pero el hueso de la rodilla sobresale sensualmente.

–Gracias –respondió Tania ruborizada.

–¿Y qué hace una muchacha como tú pidiendo botella? –siguió interrogando el hombre–. Si yo tuviera una novia así, la llevaba todos los días a donde me pidiera.

Tania ya empezaba a molestarse con el tono meloso e insistente de El Policía, porque otra cosa no podía ser con el interrogatorio que le estaba haciendo, a ráfaga pura.

–Es verdad, chica, tus rodillas son muy bonitas –siguió El Policía. “Y dale con las rodillas... cuidadito... se mira y no se toca”, pensaba Tania–. ¿Tú tienes teléfono?

–No, no tengo –respondió Tania arqueando las cejas y encogiéndose de hombros.

–Mentirosa, a mí tú no me engañas –atacó nuevamente El Policía arrastrando la o de la palabra mentirosa.

–Sí, es verdad, ojalá tuviera uno, pero es que después que me fajé con la hija de la vecina de los altos y le rompí la vitrina de la casa, no me han dejado entrar más allí. Yo usaba el teléfono de ellas. Total, para lo feo y sucio que estaba... –contraatacó Tania resuelta.

Claro que la justificación era falsa pero había dado en el clavo: El Policía no preguntó más, de hecho ni habló en el pedazo del trayecto que quedaba hasta llegar a la Plaza, donde le había comentado a Tania que podía dejarla. Tercera regla de oro: nunca des tu teléfono a un desconocido. Tania se sintió algo incómoda porque le estaban haciendo un favor y no quería ser descortés ni mal educada, pero no se imaginaba continuar siendo interrogada sin tener que llevarse las manos a la nariz para evitar el olor de la colonia de El Policía. Y no podía mandarlo a bañar, eso estaba claro, así que decir no cuando realmente quería decir no, era la mejor opción.

Al bajarse del auto se paró en el semáforo de Paseo y Boyeros. Su trabajo le quedaba a unos escasos 600 metros pero era temprano, así que podía esperar a ver si alguien la adelantaba un poquito más. Al poco rato paró delante de ella un auto de la escuela de automovilismo. El chofer, un joven de ojos preciosos, le hizo una mueca a Tania como diciéndole “Yo te llevara pero el profe seguro me suspende”.

–Qué lástima –dijo Tania bajito pero por el movimiento de los labios el muchacho pudo entender fácilmente su comentario. Esperó entonces la nueva ola de choferes y esta vez tuvo más suerte. Llegó al trabajo enseguida.

Al día siguiente hizo el mismo recorrido, hasta la Plaza. Miró a lo lejos y creyó reconocer al auto que se aproximaba. Al llegar junto a ella el muchacho dijo entre risas:

–¿Pero muchacha, todavía tú estás ahí? ¡Profe, déjeme llevarla!

–Bueno... está bien. Monta rápido –dijo el profe dirigiéndose a Tania.

Mucho tiempo para conversar no tenían pues Tania debía bajarse casi inmediatamente, pero esos pocos minutos le sirvieron para fijarse mejor en la cara del muchacho desde el asiento trasero, a través del retrovisor. Sus ojos, qué ojos, no necesitaban hablar mucho. Además, ella no quería desviar su atención, capaz que chocara... ¡A ella nada más se le ocurría coger botella con un pupilo de automovilismo! El auto paró, Tania abrió la puerta y les dijo a ambos, al profe y a Ojos Bellos:

–Profe, no lo lleve recio. Muchas gracias a los dos.

–¿Tú tienes teléfono? –fue la respuesta-pregunta de Ojos Bellos.

Corrección a la regla de oro anterior: no des tu teléfono a un desconocido a menos que quieras conocerlo. Por la tarde, al llegar a su casa, Tania no hizo más que esperar a que el teléfono acabara de sonar.
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martes, 22 de enero de 2008

La parada

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El transporte cubano fue una de las primeras cosas de las que me desarraigué ipso facto: el de Alemania funciona casi perfecto. Bueno, yo diría que perfecto. Para una cubana como yo chocar con la realidad del transporte en Berlín fue un duro golpe recién llegada. En Cuba estaba acostumbrada a hacer preguntas como ¿hace rato que no pasa la guagua?, ¿para dónde va la ruta tal?, ¿cuál es la próxima parada?, ¿cuánto se demora la guagua en llegar a su destino?, ¿quién es el último?, entre muchas otras. Aquí no tienen sentido. La gente me miraba como a bicho raro las primeras veces que me atreví a preguntar algo.

Recuerdo el primer metro que cogí sola. Allá abajo no acababa de entender cuál metro era el que iba para cuál lugar pues los andenes eran iguales y los anuncios y pancartas con comerciales los cambiaban a menudo, así que no me podía guiar por ellos. ¿Cómo hacía? Pues cogía el que venía por la derecha, me montaba, seguía dos paradas, y si la segunda no era la de mi destino pues me volvía a montar pero en el metro contrario y viraba para atrás. Por suerte el viaje era cerca en aquella ocasión... Después fue que aprendí a leer las informaciones que, por cierto, están por todos lados, de sobra, bien señalizadas, con todo el lujo de detalles que usted necesita y que usted no necesita. ¡Adivinaron: por eso la gente no pregunta en la calle!

Los ayudo a entender la foto (de arriba hacia abajo):
- La "H" es la señal de Parada.
- "Magnusstraße" es el nombre de la parada (¡sí, tienen un nombre!).
- La "B" a su derecha identifica la zona de Berlín (segundo "anillo").
- "162" y "164" son dos guaguas que pasan por ahí, con el destino escrito a la derecha (esa es la clave para no viajar en sentido contrario como lo hacía yo al principio).
- "N60" es otra guagua pero con frecuencia nocturna (a veces es una camionetica) que pasa a las horas "pico".
- Las tres tablas que continúan dan detalles de la secuencia de paradas hasta el destino, a partir de esa en que estamos, además de la frecuencia con que pasa la guagua los días entre semana y los fines de semana durante todo el día, más el tiempo que demora entre una y otra parada.
- Algo que casi no se ve: un código que identifica a la parada y el cual se puede enviar en un SMS a un número de teléfono específico, para recibir en el celular, segundos después, cuál es la próxima guagua que viene (por si estás en la casa y no te acuerdas del horario de la guagua cuál es).

¿Los convencí? Es perfecto, ¿no? Ah, y si dice que la guagua pasa a las 11:32, pues espérenla a esa hora y no a otra...

Tan desarraigada estoy, que en Barcelona pasé mucho trabajo para moverme en unas pocas guaguas que cogí. No quiero imaginarme el día que tenga que coger otra vez una 174 en el Vedado... ¿Existirá todavía?
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Back to Bedlam

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Back to Bedlam, 2004


El Back to Bedlam, de James Blunt, lo disfruto mucho. No es de extrañar: el propio Blunt lo introduce como "a very honest, slightly naive collection of thoughts, emotions and experiences". Y es que lo que viene del corazón, llega a otros corazones sin mucho esfuerzo.

Los dejo con You're Beautiful, la segunda en el disco y el primer hit que se colara en USA en el number one, desde el Candle in the Wind de Elton John en 1997.


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lunes, 21 de enero de 2008

Historias de Tania - Capítulo I

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Nota introductoria:
Dicen que las mujeres hablamos mucho y que, si es entre nosotras, no tenemos para cuando acabar. Tania es una mezcla de todas las mujeres que he conocido en mi vida, incluyéndome a mí misma. Todas las historias de Tania son reales o han llegado a mis oídos a través de terceras, a veces de “terceros”. Una pizca de imaginación también me la permití.



(I)

–Olguita, ¿pero qué te pasó? –preguntó Tania cuando vio a su amiga–. ¡Mira ese pie como lo tienes!

–Nada, chica, tú sabes que yo cojo por Mayía Rodríguez para ir a la Universidad... –Olguita hizo una pausa para acomodarse en el descolorido butacón de la sala.

–Sí, sí, todos los días...

–¡Aquí mismo al doblar! Qué roña me da... tantas veces el mismo camino y mira hoy como luzco... –se quejó Olguita, molesta.

–Pero niña, ¿qué te pasó? –repitió Tania angustiada.

–Nada, que loma abajo me embarcó el piñón de la bicicleta, se trancó, no sé, algo de eso... lo cierto es que yo iba loma abajo y no podía frenar... estas bicicletas rusas... y abajo está Lacret, imagínate, con carros pasando y choferes pisándoles el acelerador, ¡me aterroricé, qué miedo! y en un par de segundos, porque no tenía muchos más a la velocidad que ya había alcanzado, decidí frenar con el pie en la calle... gasté la suela pero frené... por poco me mato... me vine a jorobar el tobillo en el último metro antes de parar en seco... y los carros pasando a millón por Lacret, alantico mío –terminó Olguita cogiendo aire.

–Qué hinchado, chica, mira para eso. ¿Te duele? –le preguntó Tania haciendo una mueca de dolor, sintiendo las punzadas de Olguita en su propio tobillo derecho.

–Sí, bastante. Me mandaron reposo, así no me podían poner un yeso.

–¿Y ningún medicamento? –siguió indagando Tania.

–Tú sabes, lo mismo que le mandan a todo el mundo pero no he podido conseguir los anti-inflamatorios...

–Voy a preguntarle a mami y te digo, ¿eh? –le aseguró Tania cogiéndole la mano a Olguita al tiempo que le daba unas palmaditas suaves con la otra.

–Está bien, avísame.

–Ahora no podrás montar bicicleta en buen tiempo... –dijo Tania mirando de soslayo a la pared a su derecha, donde estaba recostada la bicicleta.

–¡Ni lo haré más tampoco! Qué va, no estoy para que me esté pasando esto o algo peor. Por mí te puedes llevar ese trasto con ruedas ahora mismo –repuso Olguita algo fastidiada.

–Tú sabes que hace rato estoy buscando una. Después que me robaron la mía paso mucho trabajo para llegar temprano.

–Pues llévatela ahora mismo, ¡no quiero verla más! –le ordenó Olguita a su amiga.

–Fíjate, te voy a tomar la palabra pero con una condición: prestada. Yo te la cuido, tú me conoces.

Así fue como Tania volvió a montar bicicleta dos años antes. Llevaba casi tres meses sin la suya y la agonía era enorme para llegar al trabajo por las mañanas. Maldito transporte, se había puesto muy malo y, ni madrugando ni siendo amiguita del “inspector amarillo” de la parada de la ruta 37, lograba firmar en el libro de asistencia más de quince minutos antes de que pasaran la raya roja. Había tenido mucha suerte y aun no tenía tardanzas, pero sabía que en cualquier momento podían sacarla de la lista de los que recibirían los ansiados dólares a fin de año. Cincuenta dólares era un dineral en el 94, en pleno período especial, y la cuota para el centro era siempre menor que su plantilla, así que los jefes se las arreglaban invariablemente para decidir quién tendría derecho y quién no a recibir el estímulo. La asistencia y las llegadas tardes eran puntos decisivos: todos ellos vivían cerca o tenían carro. Además, tenían horario abierto. Y no pocos salían de viaje alguna que otra vez. Cincuenta dólares no significaban lo mismo para ellos que para ella, soldado raso.

Ya habían transcurrido esos dos años y la bicicleta, lejos de arreglarle de una vez por todas el problema de las llegadas tardes, se lo agudizaba, sobre todo los días de lluvia como esos desde hacía diez días, por culpa del frente frío uno, del dos y del tres que se habían sucedido sin pausa, acompañados de toda el agua que no había caído en meses. Estaba lloviendo desde la tarde anterior y ya eran las ocho menos cuarto de la mañana y no había podido salir de la casa. Tenía noventa papeletas para llegar tarde por primera vez en el año.

No lo pensó dos veces. Si su vecina se iba todas las mañanas en botellas y regresaba por las tardes también pidiendo favores, ¿por qué ella no iba a poder hacer lo mismo? Además, Fefa ya no era tan joven y ni se arreglaba siquiera. Si a Fefa le paraban, ¿por qué no intentarlo ella al menos un día? Miró a la bicicleta de Olguita, cogió la cartera negra que ya tenía amarrada a la parrilla, se puso la capa y salió caminando después de cerrar la puerta tras sí.

Llegó a Vento, dobló en dirección al semáforo de Santa Catalina y se paró en la acera a esperar a que la luz roja hiciera detener a los próximos choferes. De lejos se acercaban algunos autos y una moto. Todos fueron disminuyendo la marcha hasta detenerse, definitivamente, uno detrás de otro como bolas de billar, cerca de donde ella se había parado. “Qué pena preguntar a quien no conozco... pero así es como hace Fefa, supongo. Vamos Tania, respira profundo y decídete, que el reloj camina”, pensó dándose ánimos. Inclinó el torso hacia delante y tragó en seco.

–¿Tú pasas por la Ciudad Deportiva? –le preguntó por fin al cincuentón de nariz bastante pronunciada que detuvo su Lada verde justo a medio metro de distancia.

–Sí, y sigo por Boyeros hasta 23 y L –respondió el hombre–. ¿Para dónde tú vas?

–¡Hasta 23 y L! –dijo Tania visiblemente emocionada–. Entonces pasas por la Facultad de Estomatología, la que está ahí, después de la Terminal de Ómnibus. ¿Me puedes dejar allí?

–Sí, claro. Sube. Pero ten cuidado al abrir la puerta, que está... un poco floja –quiso aclarar el chofer pero ya Tania estaba sentada a su lado–. La cartera ponla del otro lado, que ahí no me deja cambiar con facilidad. Y la capa acomódala ahí en el piso o me vas a mojar todo esto...

–Sí, sí, como usted diga –reaccionó Tania. Hizo lo que dijo el treintipicón de nariz afilada, con esa gentileza podía darse el lujo de volver a estimarle un poco la edad y de hacerle una cirugía instantánea de corrección nasal, y se acomodó en el asiento del copiloto.

Mal comienzo: la muchacha llegó al trabajo en doce minutos. Esa misma tarde Tania le devolvió la bicicleta a Olguita, quien la puso en el garaje segura de que su primo, el de Lawton, la vendería al día siguiente. Las bicicletas eran ya muy codiciadas. Debía reconocer que su amiga la tenía muy bien cuidada, así que de seguro le iba a poder sacar algunos billetes. Tania le hizo el cuento de la primera botella que había cogido en su vida, por la mañana, y de las otras tres que la trajeron de regreso hasta la misma puerta de su casa, por la tarde, un pedazo del camino cada una.

Tania no solamente durmió unos minutos más por las mañanas con la seguridad de que iba a llegar a su destino sin problemas, sino que comenzó a conocer a cuanto cubano o extranjero la dejó montarse en su carro, en su camioneta, en su guagua, en su moto, en lo que tuviera, para hacer los recorridos más disímiles por las calles de la ciudad más insospechadas. Ir al trabajo y regresar por la tarde, de eso se trataba... al menos al principio. Quién o quiénes la llevaban, daba igual. Sus dólares de fin de año ya no estarían en la punta de la piragua. Ella no tenía ni perritos ni gaticos que cuidar, así que, por lo menos de regreso a la casa, tampoco había por qué apurarse tanto. Si de la Plaza iban para la Ciudad Deportiva pasando primero por Marianao, qué importaba: en la televisión tampoco había algo interesante que ver. Si lo hubiera sospechado de seguro se hubiera iniciado antes en las artes de pedir botella. Pero no se arrepentía del todo: sus piernas tan bien entrenadas en los kilómetros de pedaleo diario la iban a ayudar en sus propósitos. Y así fue.

Aquí comienzan las historias de Tania.
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sábado, 19 de enero de 2008

Postales cubanas

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¡¡Más postales para el álbum de postales cubanas!!

Esta vez Eufrates del Valle me ha enviado casi 20 de ellas, algunas verdaderos dinosaurios históricos: Fíjense en la publicidad a Bacardí en la del Monumento a Maceo...

Hasta ahora tengo postales (por orden de llegada y además de las mías):

- de Eufrates del Valle (El Imparcial Digital),
- de Borlora (Fragmentos de Fantasía).

¿Tienes tú alguna? ¡¡¡Mándamela!!!
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viernes, 18 de enero de 2008

Kinderzoo

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La primera vez que fui al Zoo de Berlín (hay dos, uno en la parte de la antigua RDA y otro en Berlín Occidental) fue la segunda vez que visité un zoológico fuera de Cuba. La primera fue en Bolivia, durante un curso al que fui en Santa Cruz en 1996, y a donde nos llevaron advirtiéndonos que no les hiciéramos muchas muecas a las llamas, que escupían. Era verdad.

El Zoo de Berlín sin embargo enturbió con creces todos mis lindos recuerdos del zoológico de 26, en La Habana, pues no sólo es el primero a nivel mundial con mayor cantidad de especies de animales, con alrededor de 1500 de ellas, sino uno de los más grandes en extensión. Fue inaugurado en 1844 y durante la Segunda Guerra Mundial quedó prácticamente destruido. Pobres animalitos... de 3715 que había en aquel momento, sólo sobrevivieron a los bombardeos 91, entre ellos dos leones y un chimpancé.

Pues antes de ir a visitarlo pensé estar caminando el día entero viendo animales raros (para los cubanos) que sólo conocía de libros y películas. Y así fue. Un cartel, sin embargo, nos llamó la atención. Nosotros no sabíamos mucho Alemán entonces pero no era difícil de entender: Kinderzoo. Estábamos casi seguros de que se trataba del zoológico infantil, con los cachorros de leones, tigres, osos panda, elefanticos, cebritas, ositos polares, etc. Mira que caminamos buscando el dichoso lugar. Cualquiera se pierde fácil en 35 hectáreas de extensión...

Al fin dimos con carteles más grandes que anunciaban que estaba cerca el Kinderzoo. Los últimos metros casi corrí hasta la puerta de entrada, como si hubiera sido una niña más de las que se acercaban con prisa. Adivinen qué fue lo que nos encontramos... ¡Un recinto pequeño lleno de gallinas, chivos, conejos y cuanto animal de granja nosotros conocíamos de sobra de Cuba! Lo único que era nuevo para nosotros eran unas ovejas “pelúas”. ¡Ese era el Kinderzoo pero no con cachorritos exóticos sino un zoo para que los niños pudieran tocar libremente a los animales! Nos reímos cantidad... y echamos las monedas en los “parquímetros de comidas” para coger unas bolitas de pienso ante la terquedad de una de las ovejas que nos metía cañona para poner su boca donde debían esperar nuestras manos la caída de las bolitas. Así y todo pudimos rescatar algunas y se las dimos de comer a una chiva...

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Postales cubanas

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He recibido nuevas postales cubanas, esta vez de Borlora, una amiga mía de hace unos cuantos años a la que ha picado también el bichito de los blogs... Aprovecho para introducir el suyo, Fragmentos de fantasía, acabadito de sacar del horno, donde publica "fragmentos de cuentos creados a partir de mis sueños y mis horas de ocio que son contadas...".

¡Bienvenida a la blogosfera!

Borlora me ha enviado postales de Tropicana, del litoral habanero, de playas... No te las pierdas en el álbum de postales cubanas que estoy haciendo y, si tienes alguna, ¡envíamela también!
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jueves, 17 de enero de 2008

El futuro que nos espera...

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Aprovecho el post de GeNeRaCiOn AsErE sobre el traductor de ladridos al Húngaro, y comento un artículo que apareció hoy en el Berliner Morgenpost.

Se trata de un grupo de científicos japoneses y americanos que ha logrado registrar la actividad cerebral de un chimpancé y enviar las señales por Internet a un robot ubicado en Japón. Así mismo como les digo: el mono "piensa" y "se mueve" en Carolina del Norte y un robot de 155 centímetros de altura "procesa" la información e "imita" los movimientos, con un éxito rotundo... ¡desde Japón! La idea futura está en desarrollar prótesis para incapacitados físicos tales que éstos puedan controlarlas a partir de sus deseos y estados mentales. Suena prometedor, ¿verdad?

Si se fijan en la foto (de AFP), el robot está conectado a unos cables que, ante todo, lo proveen de energía. Este aspecto es muy importante en el desarrollo de la Robótica, pues el llevar consigo la batería, y que dure bastante, es un reto para la tecnología pero también para el movimiento, pues siempre conectados por cables tiene de inconveniente que no pueden "ir" más allá de lo que les permita la conexión física.

La idea de ROBOCUP va más allá de lo prácticamente impensable: se quiere hacer un equipo de fútbol con robots humanoides completamente autónomos que para el 2050 sea capaz de ganarle al equipo de humanos campeón mundial. Como se los cuento: que le gane a los Figos, a los Ballacks, a los Ronaldos del 2050. Y bueno, lo importante no es ganarles sino orientar la investigación de la Robótica y la Inteligencia Artificial hacia ese fin: ¿En qué dirección hay que moverse para cumplir esos objetivos? ¿Qué aspecto tendrán esos robots del futuro? ¿Se les permitirá correr en cuatro patas cuando los humanos sólo pueden hacerlo con dos? ¿Cómo ir desarrollando la investigación en los niños de hoy para que sean éstos los que desarrollen esos robots del mañana? Todo un sueño por ahora...

Los dejo con un video de la final entre la Universidad de Freiburg y la de Osaka en la modalidad de humanoides. Si esto fue así en pleno 2007, ¿no creen que para el 2050 hay buenas espectativas? ¿Qué dicen los futbolistas?




Yo por si acaso voy a seguirle la pista al "traductor perruno" a ver si en un futuro próximo le ordeno a mi robot en Berlín: "SRFTWWW-Y450, por favor házle cosquillita a mi perra Canela allá en la Habana", y que allá la canina active la tecla en Internet y se tire de lado dejando al descubierto su barriguita, en posición de cosquillas, mirando el partido de sus ídolos, los perritos que a continuación les presento en un partido del GermanOpen del año pasado:


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Otra de bebés

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El Yoyo, de Jinetero… ¿y qué?, autor de Havana Graffiti, no se quedó atrás con las fotos de cuando fiñe y mandó la suya. Dice que es la única foto que ha podido salvar de su vida en Cuba... que es como si no hubiera existido jamás. La foto es de 1968 o por ahí... no se acuerda bien. Se la dió su papá antes de salir de la isla y es lo único que conserva.



[La secuencia de todas las fotos sigue en esta entrada]
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La Chinita de mi perdición...

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[Hoy 17 mi niño cumple seis meses de nacido. Lo que pongo a continuación, en versión para el blog, lo escribió a los nueve días de vida :) para sus tíos y tías ]

Yo me llamo Diego. Nací el 17 de julio a las 11:04am en el seno de una familia... muy contenta en espera de un nietecito. Ese soy yo. Mi mamá insiste en llamarme "Angelito" porque dice que yo no me parezco en nada a mi hermanita Paula por lo tranquilito que soy, pero yo me pregunto entonces para qué me puso Diego?

Mi hermanita Paula es muy linda. Me fue a ver al hospital el mismo día en que nací. Ella pregunta mucho por mí y me echa sonrisitas cuando estoy en la cuna.

Mamá se recupera bien. Aunque yo nací por cesárea, cuatro días después ya pudo haberse ido mami para la casa pero le retuvieron el pase por culpa mía. Resulta que una Chinita ahí me guiñó un ojo y yo quedé perdidamente enamorado de ella. Me eché un poco de polvos amarillos arriba para parecérmele y me fui de parranda para la discoteca de luces azules a ver si me la encontraba allí, pero no, no fue esa noche. Me he hecho sacar hasta sangre para estar seguro de que la mía es de príncipe y merece su amor, pero no, ella no me hace caso...

A mami le han contado algo diferente, que si me sacan sangre para ver los niveles de bilirubina en sangre, que si luz ultra-violeta para mejorarme, que si esto, que si lo otro, en fin, la pobre, la tienen desconcertada y por mi culpa le hicieron un consejo educativo y la dejaron más días en el hospital, esperando por mí. Y yo de parranda en la disco de luces azules... Todavía tiene que llevarme a la clínica, casi todos los días, para que me controlen a mí (yo en realidad aprovecho la oportunidad para ver si me encuentro a la Chinita...)

Bueno, me despido por ahora no sin antes enviarles a todos mi más alta estima y consideración (de parte de mami las gracias por los buenos deseos y felicitaciones) y un pedido: si ven a alguna Chinita por la calle, pregúntenle si nació en Berlín. Seguro es esa la que me guiñó un ojo. No se olviden entonces de avisarme!!

Suspiritos para todos,

Diego
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miércoles, 16 de enero de 2008

Debate cubano en la red

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Me sumo a los posts y sus comentarios en los siguientes blogs (los títulos lo dicen todo, verdad?):

- Más sobre la emigración cubana y Corazón + cabeza = ¡Hombre nuevo! publicados por Ivis en su blog Memorias de una cubanita que emigró con el siglo,

- 'Telón de azúcar'. Un viaje agridulce por nuestra infancia, de los Aseres en GeNeRaCiOn AsErE,

- Mi hermano, de Al Godar en su blog,

- El fin de la historia y el último cubano, por Yoani Sánchez en Generación Y y, no menos representativo,

- HEMOS CAIDO MAS BAJO QUE EL BETUN, por Eufrates del Valle en El Imparcial Digital

por citar sólo algunos de los blogs que debaten virtualmente la situación que vive el país donde nací. Palabras claves: "necesidad de cambio" y "consenso".

Hoy añado este pasaje de El Alquimista, libro que comenté brevemente el domingo pasado:

-¿Y si yo decido quedarme?

-Serás el Consejero del Oasis. Tienes oro suficiente para comprar muchas ovejas y muchos camellos. Vas a casarte con Fátima y viviréis felices el primer año. Aprenderás a amar el desierto y vas a conocer cada una de las cincuenta mil palmeras. Percibirás cómo crecen, mostrando un mundo que cambia siempre. Y cada vez entederás más las señales, porque el desierto es un maestro mejor que todos los maestros.

Al segundo año te acordarás de que existe un tesoro. Las señales empezarán a hablar de esto con insistencia y tú tratarás de ignorarlas. Usarás tu saber para el bienestar del oasis y de sus habitantes. Los Jefes Tribales te lo agradecerán. [...]

Al tercer año las señales continuarán hablando de tu tesoro y de tu Historia Personal. [...] Fátima será una mujer triste, porque hizo que tu camino quedara interrumpido. [...] Vas a recordar que ella jamás te pidió que te quedases, porque una mujer del desierto sabe esperar a su hombre. [...] Lo que te mantuvo en el oasis fue tu propio miedo de no regresar nunca. Y a esas alturas, las señales te indicarán que tu tesoro está enterrado para siempre.

Al cuarto año, las señales te abandonarán, porque no quisiste oírlas. Los Jefes Tribales lo entenderán y serás destituido del Consejo. [...] pasarás el resto de tus días vagando entre las palmeras y el desierto, sabiendo que no cumpliste tu Historia Personal y que ahora es demasiado tarde para ello.
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Otra de maletas

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Mi papá también escribió su relato sobre las maletas. Yvette ya lo publicó en su blog Love is the drug.

Del viejo publico lo que me envía, casi a diario algún relato, en A empujar el almendrón. Siempre le ha gustado escribir pero no ha tenido suerte en los concursos a los que ha mandado trabajos. Ahora dice que tiene mucha; nunca imaginó que personas de tan diversos países leyeran lo que escribe. Me dijo que diera las gracias por adelantado.
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martes, 15 de enero de 2008

Historias de maletas

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He escrito la historia de una de mis maletas. Ya ni existe la tal maleta pero aun me acuerdo bien de ella. En el blog de Yvette, Love is the drug, podrás leer lo que vamos escribiendo algunos sobre estas necesarias amigas. ¿Que tienes tú también una historia que contar? ¡¡Pues mándasela a Yvette!! Yo lo acabo de hacer...
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Album de postales cubanas

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¿¿¿No te embullas a mandarme tus postales cubanas para hacer un álbum???

La propuesta es de Eufrates del Valle, el de El imparcial digital, ¡¡y a mí me encantaría materializarla con tu ayuda!!

En otra oportunidad podemos hacer otro álbum con postales del mundo, así que no las guardes mucho... ¡Vamos a empezar con las de mi país!

Si tienes alguna de Cuba, no importa el motivo, mándamelas a la dirección de email que aparece en mi perfil (aguayaberlin "arroba" yahoo "punto" com).

Hasta ahora tengo éstas:



Me han enviado sus postales:

- Eufrates del Valle, de El imparcial digital
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lunes, 14 de enero de 2008

Postales cubanas

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El Templete

Esta postal me la envió una muy buena amiga mía, desde Cuba, con sus felicitaciones por el nuevo año que acaba de comenzar.

El templete fue inaugurado el 19 de marzo de 1828, en homenaje a la reina Josefa Amalia, esposa de Fernando VII. Determinó el área que ocupó la Plaza y Villa de San Cristóbal de La Habana desde su fundación en 1519. Bajo la frondosa ceiba, o próximo a ella, se celebró la primera misa y sesión del cabildo.
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domingo, 13 de enero de 2008

El Alquimista

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Me he leído un libro precioso: El Alquimista, una fábula para seguir tus sueños, de Paulo Coelho.

Me gustó mucho el siguiente fragmento, entre otros:

Cuando la gente ve siempre las mismas personas [...] acabamos haciendo que pasen a formar parte de nuestra vida. Y como forman parte de nuestra vida, pasan también a querer modificar nuestra vida. Si no actuamos tal como ellas esperan, se disgustan. Porque todas las personas tienen una idea exacta de cómo debemos vivir nuestra vida. Y nunca tienen idea de cómo deben vivir la suya propia.
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sábado, 12 de enero de 2008

FFR-1 en reenganche!

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A solicitud de algunos bloggueros y bloggueras, no cierro oficialmente el FFR-1 sino que continúo publicando otras fotos!!! Ayer-hoy nos divertimos de lo lindo y nos quedamos con ganas (por lo menos yo!!) de seguir al bate. Así que están a tiempo los que quieran de mandar las suyas!

El slideshow de la entrada anterior ya tiene las nuevas incluidas. Aquí las pongo con sus datos. Los comentarios entonces continúan, damas y caballeros...

Dos de Ivis, en casa de su tía, que vivía en Ciego de Avila, y en un cumpleaños que le hicieron en el parque que estaba en Boyeros, por la Ciudad Deportiva, un jardín botánico algo así, no recuerda bien...


Esta otra es de Eufrates del Valle, quien comenta: Después de 3 operaciones y toda la primaria con espejuelos, mis ojos se pusieron en su lugar. Gracias a Dios y a mi mamá que insistió mucho para resolver el problemita.


Y la que sigue es otra de Al Godar cuando tenía 10 años:


Estas de ahora las pongo el lunes 14. Son de Amiga Atlántica. La primera es cuando vivía en alguna playa de Las Palmas en Gran Canaria, tenía 4 años. La segunda se la hicieron cuando vivía en Cádiz y tenía 5 años. Y la tercera es también en Cádiz y tenía 6 años. Dice ella que no tiene fotos en blanco y negro porque como nació en Canarias y eso era puerto franco y las cosas estaban muy baratas, su padre tuvo muy pronto cámara en color.






(Todas las fotos pueden verse en el slideshow de la antrada que antecede a ésta)
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viernes, 11 de enero de 2008

1er Festival de Fotos Retro (FFR-1)

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¡¡¡Y por fin es viernes!!! o por lo menos para mí ya lo es... así que inauguro oficialmente ¡¡el 1er Festival de Fotos Retro (FFR-1)!!

Hoy a las 10pm hora de Berlín (4pm hora de Cuba) comentaremos las fotos y descargaremos un poco. Para eso deshabilitaré la moderación de comentarios, claro está, porque no podré poner una si me la paso aceptando los emails que irán llegando... ¡¡¡que prometen ser unos cuantos por las fotos recibidas y los que han dicho que vienen al FFR-1!!!

Así que los espero en los comentarios no sin antes adelantarles lo que tengo hasta el momento con las fotos que me han llegado (¡estás a tiempo de mandar las tuyas si aun no lo has hecho!). Para ello me auxilié de la frase célebre

«La técnica es la técnica
y sin técnica no hay técnica»

¿De quién es? Eso lo dijo Teófilo Stevenson en una entrevista... Pues aquí los dejo con la técnica del slideshow para el FFR-1:

make your own slideshow view all photos

¡Preparen las tijeras... que aquí van las fotos en detalles! Aparecen en el orden en que las recibí, con títulos y pie de fotos de sus protagonistas:

Maylín y Tony, de GeNeRaCiOn AsErE:


Al Godar con un grupo de amigos en 1970. La foto tiene un gran valor sentimental para Al, según nos comentó.


¡El refrigerador más famoso y elocuente nos ha enviado sus fotos! En la época en que las fotos fueron tomadas (1978) el fiñe tenía más lugares y actividades en que entretenerse. Me cuenta que el Parque Lenin y el Zoológico de 26 eran sus sitios favoritos. Y los carritos locos, el deslizador, los monos y el elefante dumbo le consumían fácilmente una tarde entera de visita a tales sitios. Ahora ya sólo le queda la vieja refri y sus cuentos interminables, como la Buena Pipa de esos tíos que cuando nos visitaban era para joder al más chiquito de la familia ("A ver, dónde está ese pitico! !Qué chiquitico!) y para tomarse el ron que quedaba en la despensa.


Yvette no se quedó atrás y nos mandó también la suya montada en un bote en el Parque Japonés, con el siguiente comentario: Una de las cosas más ricas de mi casa en Cuba es que tiene frente un parque. El Parque Japonés. Yo tuve una infancia muy feliz, no habían niños contemporáneos conmigo para jugar pero sin embargo el parque estaba ahí para compensar. No recuerdo el año de esta foto, ni quien la tomó, solo sé que estaba yo haciendo de las mías en mi parque. Montada en un bote... Sonriente.


Medea encontró esta foto la cual titula "El vaquero y la apache". Cuando eso tenía 7 años. Está con un amiguito de la infancia, Reinaldo Montero.


Y esta es la anfitriona del FFR-1:

(1971) ¡Esa flor es mía!
Aquí estoy con mi primo en la casa de mis tíos en Arroyo Arenas.


(1973) ¡Qué seria!
Esta otra siempre me da gracia, sobre todo por la pose.


(1975) A verrrrr, mira para acá...
Esta foto es del mismo día que la foto que puse en el primer anuncio del FFR-1. Aquí se me ve la carita...

[Un poco más tarde...]

Otras fotos recibidas:

Las de Albert, de GeNeRaCiOn AsErE:


La de Jorge, el de El tono de la voz, quien dice ser el que está en el centro, el del culero... Eso fue en Marianao en 1968.


Una de Arimafilia, de GeNeRaCiOn AsErE



[Y siguen llegando...]

De Lola, la de Bisutería y un poco de cine clásico. La foto es de 1970, en la escuela al campo en un campamento que se llamaba La Julia, que estaba cerca de Batabanó. Esa fue la única vez que Lola fue a una escuela al campo. Ella es la del pelo corto, la otra chica es su amiga Ileana, el señor que está a su lado el papá de Ileana, quien fuera como un segundo padre para ella. La niña pequeña es su sobrina mayor; ya tiene dos hijos y precisamente su niña cumple hoy 9 años. Esta foto es la única que tiene con su amiga, ya era difícil conseguir rollitos de fotos por aquellos años...



[Nuevas, a la hora del despelleje...]

Otra de Albert, de GeNeRaCiOn AsErE:

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jueves, 10 de enero de 2008

Daguerrotipia at Aguaya

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1er Festival de Fotos Retro (FFR-1)
MAÑANA viernes 11 de enero, 2008
(10pm hora de Alemania, 4pm hora de Cuba)
Para más información: dar click AQUÍ.
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CD's tramposos

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Hoy por la mañana mi esposo puso el CD de Nirvana Nevermind, por n-ésima vez. La canción «Smells Like Teen Spirit», primera del disco, me hace recordar siempre cada detalle del legendario video con las cheerleaders saltando y bailando hasta el éxtasis, animando así a los sensuales rockeros pelos-largos, borrachos de buen rock.

Nirvana - Nevermind (1991)

Cuando terminó el CD no apagamos el equipo de música enseguida. Nos pusimos a conversar un rato mientras yo preparaba los papeles de la clase que tenía a las 2pm. Hoy yo no hablé, fueron los muchachos los que tuvieron que exponer sus proyectos. Por cierto, y valga el dato, las parejas que logran conversar más de 10 minutos al día como promedio tienen más probabilidades de éxito en la relación mutua. Eso leí en un diario berlinés hace poco. ¿Será verdad? Yo por si acaso hablo bastante...

A lo que iba: cuando ya ni nos acordábamos del CD de Nirvana, escuchó mi esposo una música de lejos, raro para esta zona donde vivimos (no así para otras de Berlín que me recuerdan a mi Habana). Era Nirvana. Se acercó a la ventana y la oyó más cerca. La música provenía de nuestro equipo. El CD no había terminado sino que después de una larga pausa al final de los doce títulos, continuaba con otro más que mi esposo ni siquiera había oído nunca, o por lo menos no se acordaba bien de él.

Lo mismo me pasó a mí hace 5 años con el CD Escapology de Robbie Williams, exitoso músico inglés, por lo menos en Europa y de sobra en Alemania. Tanto es así que la segunda canción del disco, «Feel», tiene el récord absoluto de veces que se ha puesto en la radio alemana con alrededor de unas, difíciles de alcanzar, 53mil veces. Robbie se dió a conocer como cantante del exitoso boygroup Take That del cual se separó en el año 1995 por "excesos de drogas y fiestas".

Robbie Williams - Escapology (2002)

Retomando el tema: al final del CD y después de una larga pausa, ¡la música sigue viva! Robbie, entonces el invento no es tuyo, ¡tú no fuiste el primero!, algo que yo había asumido como un hecho...

¿Alguien sabe más del asunto? ¿Es esto común en las discográficas y yo estoy atrás del palo? Si tienen los CD's de que hablo, ¿se percataron ya de que no terminan donde uno piensa? ¿Conocen otros artistas que hayan hecho lo mismo? Que alguien me asista, por favor...

Los dejo con el Smells Like Teen Spirit y el Feel a ver si los disfrutan tanto como yo...



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miércoles, 9 de enero de 2008

Daguerrotipia at Aguaya

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1er Festival de Fotos Retro (FFR-1)
Por ejemplo: en el TEMA Cuando éramos fiñes

pasado mañana

viernes 11 de enero, 2008
(10pm hora de Alemania, 4pm hora de Cuba)

Para más información: dar click AQUÍ.
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Ahora que Venezuela está en el bombo... (2)

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[Leer la primera parte]

Decidí no preguntarle a nadie dónde quedaba el estudio fotográfico más cercano sino caminar un poco y averiguarlo yo misma. Ya me había dicho el admirador que se sobraban en un corto espacio de tierra. La manifestación de la calle perpendicular a la que yo caminaba parecía ser interesante (nunca había visto una así) pero yo estaba más apurada que otra cosa.

Efectivamente, tuve que caminar sólo unos veinte metros para encontrar la primera vitrina con fotos de niños, de bodas, de quinceañeras. Saludé, me hicieron las fotos, pagué y me dijeron que regresara en una hora. "Una hora se va enseguida", pensé, y me puse a caminar por la acera contraria hasta llegar a un negocito de ropa interior que ya había visto justo enfrente, a la salida del metro.

Los gritos de los manifestantes, los coros, la turba de gente habían aumentado en volumen y cantidad. Yo empecé a mirar unos ajustadores de encajes de los más diversos colores. De pronto, cuando no habían pasado ni cinco minutos de mi entrada a la tiendecita, se oyeron disparos de ametralladoras, dos, tres, muchos más... y, seguido, gritos de horror. Como si estuviera todo preparado y sincronizado con anterioridad, empezaron los dueños de los negocios a bajar las rejas de las puertas y a botar a la gente para la calle, entre ellos, a mí. Los manifestantes empezaron a correr alejándose de los disparos. Yo no sabía qué hacer. Estaba parada en la acera. Tenía la puerta de la estación a pocos metros pero en dirección a los tiros.

Me entró miedo. Sólo atiné a correr en dirección a la estación... y a los tiros. Todos los demás corrían en sentido contrario, chocando entre sí. Alguien me empujó sin querer. Yo empecé a temblar. No quise correr al revés y meterme en una parte de la ciudad, por no se sabe qué tiempo, sin conocer ni en qué lugar de Caracas me encontraba ni si saldría con vida de allí, pues ya me habían contado lo peligrosos que eran algunos lugares.

Llegué a la estación, bajé por las escaleras eléctricas rehusándome a que me bajaran ellas esta vez, y llegué a la ciudad subterránea con el corazón que se me quería salir del pecho y las rodillas que en cualquier momento tocaban piso de lo enclenques que estaban. Allá abajo nadie se había enterado de lo sucedido en la superficie, todos seguían sus rutinas sin inmutarse. Quise irme de allí pero mis fotos estaban "arriba" y mi carnet sin hacer todavía. En lo que pensé qué hacer pasaron algunos minutos. Yo estaba tan confundida y tan alterada que no conseguí ponerme de acuerdo conmigo misma. Caminé unos metros. ¡La gente allá abajo estaba tan como si nada! Yo quería alertarlos, decirles lo que estaba pasando arriba pero creo que me comí la lengua del nerviosismo.

Miré hacia las escaleras eléctricas: la gente bajaba con la paciencia más natural del mundo. "¿Y de dónde vienen? ¡Pero si yo vengo de allí mismo!". Me acerqué poco a poco. Sí, nada indicaba que minutos antes una guerra había empezado. Otros subían también. Yo los seguí, mirando para todos lados. Deben haberme visto cara de loca... A la salida de la estación, la tranquilidad más absoluta. En la calle donde antes había una manifestación, personas caminando, ya sin gritar.

Miré el reloj. Quedaban cinco minutos para la hora acordada. Fui hasta el estudio, recogí mis fotos, regresé a la estación y toqué la puerta del cubanófilo. Empezó a hablar y a retomar el tema inconcluso. Yo y mi mente estábamos en otro mundo. Estiré la mano cuando me fue a entregar el carnet y me despedí no sé cómo. Salí de allí por donde mismo llegué. Cogí mi metro y me alejé de aquella locura mirando a los que iban conmigo en ese viaje, a los que no sabían por lo que yo había pasado hacía tan sólo unos minutos.

Al otro día, en el periódico, en las noticias, en la universidad, todo el mundo comentaba los nueve muertos que hubo en la huelga y manifestación en apoyo a los maestros y profesores de varias escuelas y universidades. Yo había estado tan cerca de las imágenes que captaron las fotos que ahora tenía en mis manos... El día anterior no había podido dormir profundamente. En los que se sucedieron en esa semana, tampoco.

(Continuaré con el tema «Venezuela» en otros posts)
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martes, 8 de enero de 2008

Daguerrotipia at Aguaya

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1er Festival de Fotos Retro (FFR-1)
Por ejemplo: en el TEMA Cuando éramos fiñes

el próximo

viernes 11 de enero, 2008
(10pm hora de Alemania, 4pm hora de Cuba)

Para más información: dar click AQUÍ.
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Ahora que Venezuela está en el bombo...

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A finales de 1996 fui a Venezuela por cuatro meses. Caracas me pareció, desde el primer día, una ciudad muy diferente a la Habana, en muchos sentidos. Pero mientras más la fui conociendo, más me fui percatando de las similitudes entre las dos urbes.

Hice muchos amigos con algunos de los cuales aun mantengo el contacto. Experiencias de unos después de que Chávez asumiera el poder, o el nuevo camino que han tomado otros después del cambio de gobierno, será tema de otro post. En éste quiero contarles algo que le sucedió a esta cubana...

Un día temprano me fui al centro a buscar un carnet de transporte especial para estudiantes. La oficina principal quedaba en una estación del metro. Mis amigos me explicaron cómo llegar. Había que bajar largas escaleras eléctricas para llegar hasta la misma. Una no se imagina que debajo de la calle por la que caminamos haya "otra" ciudad subterránea llena de negocios, oficinas, gente por doquier.

Al llegar me desubiqué un poco con lo que parecía ser la cola de personas más larga que yo había visto en mi vida. Pregunté bien, pedí el último y me dispuse a esperar. Yo estaba, claro, acostumbrada a las colas. Qué cubano no!? Aquella no caminaba y cuando faltaba relativamente poco para el cierre de la oficina me di cuenta de que ni ese día ni en los dos días siguientes me iba a tocar mi turno. No sólo estudiantes aspiraban a una tarjeta de transporte más económica. En la cola había todo tipo de personajes.

Decidí acercarme a la puerta y esperar a que saliera el funcionario que atendía las solicitudes. Me propuse abordarlo por asalto y así hice. Preguntar no cuesta nada. Cuando lo tuve a tiro le pregunté muy cortésmente si se podían entregar las planillas un día y pasar a recoger el carnet al día siguiente.

-No, todo se hace en el momento, aquí no se deja nada para luego -cortó tajantemente.

-Y más o menos cuántas personas usted cree que puedan ser atendidas antes del cierre? Imáginese hacer la cola por otras tres horas y que al final no me toque de todas formas... -le dije algo dudosa.

-Ah, no, ese no es mi problema! Yo no tengo la culpa de que haya tanta gente esperando ni de que yo sea el único que los pueda atender. Yo no puedo decirle si hoy la podré atender o no. Si no se puede hoy, venga mañana -me gritó casi.

Yo ya comenzaba a desesperarme. Sin pensarlo dos veces le dije:

-No, eso no puede ser así "si no se puede hoy" porque yo soy estudiante y no puedo estar faltando todos los días a las clases -solté con un tono un poco autoritario, debo reconocerlo.

-Y de dónde es usted? -me preguntó, seguro de haberse dado cuenta del acento extranjero.

-De Cuba -apenas susurré, maldiciendo la hora en que me fuera a decir "Pues váyase a Cuba a reclamar lo que le toca!".

Ahí mismo vino la sorpresa:

-De Cuba! Pero qué bueno! Fíjese, este país está como está porque aquí no hay una mano dura que lo controle! Aquí lo que hace falta es un Fidel que venga a decirles a todos lo que tienen que hacer! -me gritó casi, emocionado.

Yo no hacía más que abrir los ojos, aquello no me imaginé que podía sucederme. Nunca se me hubiera ocurrido! Siguió hablando y gesticulando al tiempo que indicaba con la mano que lo siguiera. Los de la cola ni protestaron. Me quitó casi los papeles de la mano, cerró la puerta tras sí, cogió un carnet nuevo de la gaveta, llenó los datos, y todo sin parar de hablar! Tanto levantaba los brazos que a veces se alzaba ligeramente de la silla para darle más énfasis a lo que decía.

Me pidió una foto... y no, yo no tenía ninguna del tamaño requerido. Pensé que ya no iba a ser posible salir de allí con el carnet en la mano. Tanto había avanzado para irme ahora con las manos vacías... con el buen camino que había tomado su monólogo...

Me dijo que saliera a la calle, que me tirara las fotos con el fotógrafo más cercano, que debía haber hasta más de uno por cada cien metros, que volviera después cuando las tuviera y que tocara y entrara sin hacer la cola, claro está.

Así hice. Subí las largas escaleras o, mejor dicho, ellas me subieron a mí, y salí a la calle en busca de un estudio fotográfico. Pero la calle estaba revuelta, a lo lejos se escuchaban los ecos y gritos de una manifestación inmensa.

-Esto era lo que me faltaba. No será lo mismo preguntarle a un transeúnte cualquiera que a uno que está caminando, gritando, con carteles en la mano... -pensé algo desilusionada. -Y quiere que venga Fidel a arreglar las cosas! Pero si nosotros estamos "desarreglados"!!!

(Continuará en el próximo post...)
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