Con solo 19 años de edad fue finalista de la Quinta Competencia Internacional de Luciano Pavarotti y el mismo Pavarotti se refirió a ella como "un diamante que necesitaba ser pulido". Desde la fecha hasta hoy: exitosísima. ¿Su futuro? Prometedor y brillante.
Interpretando la zarzuela cubana María la O, de Ernesto Lecuona
Me ha hablado de ella su padre, José Caballero, amigo mío en Facebook desde hace sólo unos pocos días. Yo no puedo más que quitarme el sombrero ante personas tan admirables y talentosas. Gracias, Facebook. José ha escrito vía Facebook, además, el siguiente comentario: "Tiene 32, ha cantado en NY City, San Francisco Opera, Met de NY, Miami Grand Opera, Trieste Italia, Tennesse, Seatlle, y en otras distintas casas de Opera de USA y llego a través del puente maritimo del Mariel en 1980. Orgullosamente se presenta como CUBANA y Marielita".
José Caballero Blanco es autor del libro UMAP: Una Muerte A Plazos, cuya portada les muestro a continuación (para adquirirlo deben escribirle a su email personal tal y como aparece en la página Web del libro):
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQL9wKtjJ77VkMWavrkhJysHW_Nk7ZFICs7QUq1MtgZK-0G44pRDAGiPsEy_33qi8CaYrxxTY-ZBp5d8nJJKS1jQX2OB1codA7zRXmE0chimxcRf7nvoPFvf_BZa0zEC0dU5V_SFAfioA/s400/UMAP-Cover_Web.jpg)
Me sonrojo al confesarles que me enteré de qué era una UMAP después de haber salido de Cuba... Las Unidades Militares para Ayuda a la Producción tienen una historia vergonzosa y es imperdonable que muchos cubanos, entre los que me cuento, no supiéramos ni siquiera de su existencia. ¿Es que hay que irse del país donde una nació para conocerlo mejor?
Además, agradezco profundamente la gentileza de José por hacerme llegar varios de sus poemas de los que he escogido, con su consentimiento, "Cuba nostalgia" y "La Habana llora" para publicarlos en este espacio. Espero ustedes también los disfruten.
Cuba nostalgia
(Por José Caballero Blanco)
Cuando al sur miro desde esta acogedora playa
En lontananza, hacia la bella figura idealizada
Cargándola estoy, donde quiera que yo vaya
Porque en mi alma profunda la tengo grabada
La brisa viene llena del aroma de esa tierra
Y al saborearla disfruto de suculento manjar
Cuantas pasiones y dolores su nombre encierra
En vano trato de arrancarla y no logro olvidar
Sus luces trato de vislumbrar en la oscura lejanía
Y solo veo estrellas que reflejan la esperanza
De un alba que ilumine a la que siento tan mía
Para matar por siempre a la terrible añoranza
No lo pueden entender aquellos seres indolentes
Como al paso de los años la nostalgia reverdece
Más amor en tu pecho herido y lacerado sientes
Como enfermedad incurable que adentro padeces
Borrarla de mi mente en vano lo he intentado
Ni los bienes adquiridos, ni con la fama se puede
Y a pesar del mucho tiempo ya pasado
No puedo vivir sin ella, porque Cuba; todavía duele
La Habana llora
(Por José Caballero Blanco)
Llora en silencio mi Habana
Bajo la luz de un quinqué
Ya no ríe, ni se ufana
Pues ya no tiene un por qué
Por el malecón desolado
Una jinetera se vende
A un turista aprovechado
Cuya propuesta no ofende
Porque al comerciar su inocencia
Y entregar su tierna carne mulata
Se justifica, en su conciencia
Cuando la miseria, un día más dilata
El proxeneta en la esquina
Espera cobrar su parte
De esa profesión mezquina
Que algunos le llaman arte
El apagón facilita el hurto
Del ladrón que en un descuido
Corre, cargando con el bulto
De quien queda en el suelo tendido
La corrupción, lo inmoral
Hoy es cosa cotidiana
Siendo una cosa normal
En esa que fue mi Habana
La que otrora era una perla
De arquitectura y esplendor
Hoy dan ganas de no verla
Todo es ruina en derredor
La que un día fue jolgorio
En noches de carnaval y rumbas
Es tan solo un triste velorio
Con dolor, muertos y tumbas
El mar que con su luna roza
Su litoral que era encanto
No inspira el verso ni la prosa
Todo es un inmenso llanto
Llora en silencio mi Habana
Bajo una noche sin estrella
Y yo no aguanto las ganas
De echarme a llorar con ella
Claro que la Habana tiene que llorar, Cuba toda... Sus mejores hijos buscan su futuro en otras latitudes y el país se desangra por heridas que ya no cerrarán más...
Mi inmensa gratitud a José por su amistad y por enviarme sus poemas, mis mejores deseos para su hija, Elizabeth, y una lágrima más por el país que nos vió nacer.