(Léase este post con una sonrisa de asombro e incredulidad, tan amplia como se pueda: el surrealismo tropical cubano a veces no tiene otra forma de percibirse, ni de entenderse)
El Plátano Alegre me cuenta que pasó las de Caín para primero localizar y después para solicitar un documento personal en Cuba, cuando estuvo allá unos días el año pasado. Estuvo casi dos semanas completas, día laboral tras día laboral, rastreando en bufetes colectivos y tribunales municipales hasta que por fin dió con el dichoso manuscrito que, al final, ni pudo llevarse consigo cuando abandonó la Isla tropical.
Los abogados, como trabajadores de los bufetes colectivos, registran sus actividades en libretas y libros, manualmente. Sí, exactamente como los de la foto. Más tarde, en los tribunales municipales, se asientan dichos fallos en los libros oficiales. Cuando Ud. necesita entonces un documento, lo más lógico es dirigirse al bufete colectivo donde tramitó el asunto con el abogado, pues muy probablemente dicho proceso legal deba haber quedado registrado primero en los libros de esa institución. Bueno, esa debería ser la lógica. La realidad es otra.
Independientemente de si está registrado o no el proceso en uno de estos tan resguardados y cuidados libros, sí, como los del bufete colectivo de la foto, no se sabe, según los funcionarios que allí atienden al público, dónde rayos en toda La Habana (léase, Tribunal Municipal) estará finalmente asentado (léase, lo habrá asentado el abogado, pues éste puede hacerlo en cualquier dependencia de la ciudad). Estos pasos no quedan en ningún lugar descritos (y menos aún en estos libros maltrechos).
Por otra parte, tales registros en los bufetes colectivos son como las escrituras bíblicas originales: son esos y ya; son los únicos. Por eso, si los libros se han mojado, o si han sido postre de las polillas o desayuno de las cucarachas, o si por el uso se han deteriorado partes de sus hojas, probablemente haya desaparecido de por vida el dato que Ud. buscaba.
No menos increíble es el proceso de la búsqueda del dato en cuestión. Uno mismo como usuario tiene que meter mano en semejante polvareda para buscar lo que le interese. En esa búsqueda, El Plátano Alegre encontró el divorcio entre, literalmente, la Universidad de La Habana y "fulano de tal", más de una vez en una misma página. Al parecer, o eran bromas del que registró los datos o es verdad que existe una mujer que se llama así, Universidad de La Habana. (El Plátano Alegre me jura por su ascendencia que es cierto lo que me refiere. La foto la hizo él, por cierto).
De más está decir que la indagación de cualquier información al respecto no fluye, de manera voluntaria ni desinteresada, en ninguno de los casos. Por el contrario, en todos y cada uno de los casos (al menos en los tres que El Plátano Alegre visitó personalmente, en los tribunales municipales de los municipios habaneros de Plaza y 10 de Octubre y en un bufete colectivo de Plaza, fluyó, y muy fluídamente, con papel moneda de por medio (del de verdad, del que compra) en una u otra magnitud. Pero no bastó haber pagado incluso: el documento no apareció y dejó el encargo a familiares para que, con papel moneda de por medio (del de verdad, del que compra) siguieran las averiguaciones y rastreos, dos meses más tarde, con éxito. ¡Aleluya!, exclama mi interpelado.
Para no quedarme solamente en el problema y evitar que me critiquen por no dar soluciones (lo harán de todas formas pero, para variar) propongo una solución al problema: en la Fac. de Matemática y Ciencias de la Computación, en la Colina universitaria, cualquier muchacha o muchacho le diseña, programa y pone en funcionamiento el más elemental sistemita de Bases de Datos, sin mucho esfuerzo. Se lo digo yo que estudié allí. Eso sí, los datos "reales" habrá que proveerlos de alguna manera al sistema y, si éstos no existen o se perdieron, pues de todas maneras no aparecerán nunca más. Algún chequeo para que no se introduzcan extraños nombres de usuarios también puede garantizarse.
3 comentarios:
Primero compran computadoras para Inmigracion: las ovejitas con # de serie (o sea: Numero de Identidad Permanente) no pueden escaparse ni perderse del rebaño (no importa que ciudadania, residencia o nacionalidad adquieran). Tiene tremenda logica.
Cuba es un Estado de Derecho desde el Año de la Institucionalizacion. El que no lo crea que se llene el bolsillo de dinero (del de verdad, del que compra) y busque en los Tribunales Municipales o Provinciales que en alguno debe estar asentado... En las bovedas del Banco Nacional estan las acciones de las empresas y las propiedades que no interesan tanto. Las otras estan en el extranjero. Se espera que pronto cambien las leyes bancarias en Suiza. Veremos que sale a la luz.
Tienes razon!!!...buscar 1 papel en cuba es como que nos toque la loteria...eso si, en ocasiones, si "sueltas", esos famosos papelitos con colores que dibujan un numero...pues aleluya, aparecen todas las certificaciones....eso me paso a mi, antes de salir de cuba hace 12 años.....
En cuba, hay muy buenos programadores....y lo digo con conocimiento de causa, por experiencias personales y es una pena que esos cerebros no puedan desarrollar un programa....seria una gran idea y mejora para todos...pero bueno, como estamos en una crisis global, y a eso debemos sumarle la crisis que hay alli desde el 89..pues creo que el programa lamentablemente no saldrá.....que pena ¿no?
El gran problema es q esos programadores q se supone podrían facilitar este tipo d gestiones creando o instalando programas acordes al asunto(se supoe q Internet mediante),necesitarían rntonces d otros tantos agentes pegados a sus espaldas como humepires d pelota para "chaquear" la pulcritud ideológica d dichos programadores..y a su vez estos humpires tendrían otros tantos(o tontos?)..y asi hasta el infinito..asi es q la solución mágica:billete en mano y a correr liberales..
Aguaya,gracias x tu ayuda y buena voluntad..
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