lunes, 18 de mayo de 2009

Somos piezas Lego bien apretaditas

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Imagen tomada de freestockphotography.

El chiquito mío, que dentro de poco cumplirá los dos añitos, ha soltado más la lengua en las últimas semanas. Dice muchas más palabras que antes, que sólo las entiende él, eso déjenme adelantarlo, pero me he dado cuenta de que casi todas son en Alemán. A su edad la hermana ya estaba graduada de cotorrita en ambos idiomas. No me preocupa mucho, porque he leído que las niñas comienzan a hablar primero que los varones, además de que en la familia hay campeones en eso de arrancar a hablar y no tener para cuando acabar, y esos genes son fuertes, díganmelo a mí :-)

Eso sí, el niño lo entiende todo, en Español y en Alemán, y ya me imagino el cotorreo con la primogénita cuando crezca un poco más. Ellos se llevan muy bien, de eso no me quejo, y, aunque a veces hay que poner orden, encuentran la manera de jugar juntos cada vez más.

Yo me pongo a pensar entonces en mi hermano e intento recordar cómo era que jugábamos él y yo. Muchas veces nos fajábamos también. De eso hace bastante... Ya hacen casi 6 años que no lo veo. Mucho tiempo. ¡Tengo unas ganas de abrazarlo! Si oyera a la niña diciendo "¡Mami, allí hay un bicho matado!", se muere de la risa. Y cuando el niño riega las piezas Lego por toda la casa me lo imagino también riéndole las gracias. Y qué decir de los abuelos: me entristece que mis niños tengan a los cuatro suyos tan lejos...

Hay tantas familias cubanas separadas... y eso que en la escuela se repetía una y otra vez aquello de que "La familia es el eslabón fundamental de la sociedad". ¿De cuál sociedad, de la cubana? ¿Cuáles familias, las cubanas? ¿Qué hace el Estado para que las familias cubanas no se sigan dividiendo? Si hace algo de verdad que no se ve, pues cada vez son más los que quieren irse a probar suerte a otras tierras y, con eso, seguirán separándose más y más familias.

Yo en los eslabones que pienso es en los de Lego, esos que riega mi niño por la casa, los que no ha visto mi hermano, y con los que jugamos la niña y yo también, intentando encaminar a esta familia apretadita que vamos formando lejos de Cuba.
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9 comentarios:

Margarita Garcia Alonso dijo...

Da mucha tristeza, es verdad, y ya sabes que tienes esta familia virtual en que se te quiere...
un abrazo

Sol dijo...

Es una situación muy triste y muy dura, esa es la verdad. Y cada vez somos más los que nos encontramos lejos, sufriendo la división de la familia. Yo era del grupo que miraba eso desde afuera y pensaba que triste, pero no me sentia aludida, pues estabamos todos allá. Ahora formo parte de ese grupo, pues hace un año y medio emigré con mis dos hijos y mi esposo. Entiendo perfectamente de lo que hablas con los niños y sus abuelos, pues yo experimento lo mismo, asi con los tios, primos. Es bien triste, y un reto para uno sobreponerse a una vida completamente nueva y diferente.
Gracias por compartir tus pensamientos...

Anónimo dijo...

Querida Dagmar:
Me has llegado muy hondo con este post.
Mis hijos han crecido hablando alemán entre ellos, pero cuando se dirigen a mí o a otro cubano o hispanoparlante, se les conecta el automático en español. Eso me alegra.
Cuando eran chicos jugábamos mucho con las piezas de Lego-System también; pintábamos mucho, ellos hacían muchísimas gracias, se disfrazaban, inventaban palabras. Recuerdo algunas aún; son increíbles!
-Mamá mira, agua de ballena... eso es cuando pasábamos en el metro por el río Spree de la ciudad.
O en lugar de decir golosinas, decían bosolinas...
O perejitos, en lugar de pajaritos.
... y yo añorando y preguntándome por qué no tenían a su tío, a sus abuelos aquí, a sus primitos. Ellos sin embargo jugaban mucho el uno con el otro... se llevan sólo doce meses.
Nada que, una vez más, al leer tu Blog me siento identificada, aunque estas mis historias hayan ocurrido años atrás... Ya mis chicos tienen casi 16 y 17. Han cargado con cierto peso de añoranzas, pero como has visto son niños felices. Aman a Cuba sí, pero son además ciudadanos del planeta. Tal vez sin tantos arraigos? Quién sabe. A pesar de todo hemos logrado transmitirles alegrías... y ya verás en el caso de tus pequeños como sabrán utilizar perfectamente los dos idiomas. Hay ciertos enriquecimientos que llevan en su origen, sí, ciertas pérdidas... pero al fín y al cabo emigramos para poder dar a ellos una vida con mejores perspectivas.
El paradigma de la contradicción!
Mientras tanto vamos creando además nuestras "Ersatz-Familien" con los buenos amigos. Si no hubirea sido por ello, quién sabe qué habría sido de nosotros.
UN sincero ABRAZO y gracias por compartir estos conmovedores pensamientos!
María Ares Marrero.

glazam dijo...

Mi querida Dagmar, todos comprendemos tus sentimientos, creo que todos los cubanos que emigramos pasamos por eso.

Arrastramos una carga de tristezas que en la medida que pasan los años se sienten con más fuerza, pero hemos sido y somos fuertes. En medio de esa tristeza hemos sido capaces de salir adelante, de inculcarle a nuestros hijos el amor a la Patria lejana, a la tierra que dejamos y que muchos de ellos no conocen.

No te desanimes y lucha por mantener unidos esos eslabones que como las piezas de Lego, son firmes.

Fortalece día a día esa familia tan hermosa que tienes, disfruta de esos momentos como el descubrir que el pequeñín ya dice palabras nuevas, como que la niña mezcla el español y el alemán. Mereces lo mejor y tengo fe en que pronto tus niños van a disfrutar de sus abuelos, su tío, el resto de su familia.

!Arriba corazones!

Un fuerte abrazo y besos a los cuatro.
Gladys

la margarita mia dijo...

si que te entiendo bien, yo tambien tengo la mia lejos, pero debemos ser fuertes, el cubano siempre lo a sido, hemos salido de tantas que ya tenemos experiencia en tomar la tristeza y convertirla en alegria, porque no podemos dejar que nos puedany al final mas tarde o mas temprano, las familias volveremos a estar unidas y todos esos pedacitos de corazones que andamos por el mundo,seremos uno cuando nos unamos nuevamente, ten fe, esperanza y paciencia, que ya vienen llegando y todo el mundo lo esta esperando. saludos

Rosa dijo...

Una familia bellísima la tuya Agu, que seguirá creciendo en hermosura, pese a la tristeza de la terrible división que nos imponen. Un abrazo fuerte a todos!

Silvita dijo...

Agua... discúlpa que te diga así, para mí es una palabra bella, además, como el agua discurres y fascinas.
No sólo familias cubanas, por desgracia.
Mi trabajo y la ciudad donde vivo me han llevado a asomarme a dolores y tristezas de muchas nacionalidades, razas, religiones, culturas. Es inconmesurable el dolor esparcido por el mundo, de gentes arrasadas, vapuleadas por el huracán de los hechos, de la historia, de las discordias de otros que se aprovechan de ellos: militares, políticos, caudillos, que necesitan carne humana para alimentar sus hogueras de odio, y rellenar sus arcas de dinero bien manchadito. El mal de mal se alimenta, y todos salimos perdiendo, incluso los que nada tienen que ver con eso, sobre todo, pienso, estos últimos.
Cuántas historias... a veces de una clase de horror que con gusto cerraría los ojos y me taparías los oídos.
No tengo hijos, pero pienso que en los niños y jóvenes que tanto viajan y se conocen hoy en día, hay mucha esperanza. Lo poquito que podamos hacer para educarlos para la paz, el respeto y el amor, tenemos que hacerlo. Para que nadie los separe y los ponga uno contra el otro, para que nadie les confunda el corazón con ideales falsos.
Cuánto me alegro cuando veo niños que saben varios idiomas! La comunicación es esencial para que conflicto y distancia se conviertan en paz y cercanía.
Los blogs también me gustan porque acercan.
Un abrazo!

Eufrates del Valle dijo...

Una de las monstruosidades mayores de la dictadura de los Castro: aniquilar la base fundamental de nuestra sociedad. Triste, muy triste...

lola dijo...

Hola Agua, entiendo muy bien lo que dices, esa distancia de la que hablas me marcó mucho.
Un saludo,