lunes, 4 de enero de 2010

Fotos de Cuba de la década del 90 (II)

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Como les prometí en el post anterior a éste, les muestro hoy otras fotos de Karel Poort, amigo holandés, fotógrafo y autor del probablemente único testimonio gráfico existente del Maleconazo el 5 de agosto de 1994. El tema de hoy: ruinas habaneras de la década del 90 (aclaración: en el lugar de algunas ya no quedan ni los escombros).

De paso los remito al artículo Amir Valle traza una historia de Cuba a través de su capital, La Habana, al cual llegué vía @Cubanoscope en Twitter, y del que reproduzco un fragmento del texto de Amir Valle que tiene que ver con el tema de mi post:

"[...] como el gobernante vitalicio Fidel Castro no ha logrado que los americanos le den la guerra que lo haría morir como un héroe de una nación convertida en ruinas por las bombas 'Made in USA', se ha dedicado a dejar que el tiempo pase sobre la ciudad, abatiéndola con sus oleadas devastadoras, para lograr un territorio donde las ruinas le recuerden la guerra tan ansiada".

Aquí las fotos de Karel:


Pero no es todo con la península ibérica (el artículo sobre Amir Valle tiene origen en Sevilla). Por el blog cubano Penúltimos días, escrito desde Barcelona, llego a dos reportajes publicados en ElPais.com que no pueden dejar de leer:

* Cuba vive otra revolución en la Red. Una joven generación de 'blogueros' pone al régimen castrista a la defensiva.
y
* Las abuelas olvidadas de la Memoria Histórica se rebelan en Cuba. La ley arrebató la nacionalidad a las emigrantes casadas con extranjeros.

Como colofón, también ibérico, no se pierdan el post del periodista Joan Antoni Guerrero: Dulce a pesar de la amargura y de cómo Televisión Española convierte en paraíso la Cuba castrista, donde da su valoración sobre un documental turístico sobre Cuba realizado por TVE. En una oración de Joan Antoni: "Un relato parcial y engañoso en el que se sirve un retrato que disfraza y maquilla la realidad que se vive hoy en la Isla".

Mi amigo @Josemarediezzzz, también españó!) ya lo leyó y siguió para el documental después. Terminó escribiéndome por Twitter: "A mí me ha parecido una pésima manipulación de la realidad cubana, una dulcificación, glorifica el quedarse anclado en el tiempo..." (el documental, que no el artículo de Joan Antoni).

¡Hostias, como ha empeza'o el 2010!

[Relacionado: Fotos de Cuba de la década del 90 (I), (III)]
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6 comentarios:

A Cuban In London dijo...

Como ha empezado, de verdad! Muchas felicidades agu, a ti y a tu bella familia, en este 2010. Que te de mucha salu', mi'jita y mucha prosperida'! :-)

Saludos desde Londres.

VIDAROSA dijo...

Yo soy (¿o fuí?) un enamorado de La Habana. Nací en esa, en otra época, maravillosa ciudad, allá por los años 70 y hace ya 14 años que resido en Europa. No puedo hablar de una Habana que vivió su mayor gloria en los lejanos 50. Solo puedo comparar esa Habana con la actual, basandome en antiguos documentos de aquellos tiempos (revistas, documentales, etc) y en la realidad presente. ¡Sí! La Habana fue una increíble ciudad, activa, dinámica, bella. Centro de atracción, inclusive para muchos europeos que emigraron y decidieron establecerse en ella. Pero, La Habana comenzó a languidecer con La Revolución y 51 años después, no queda nada de aquellos años o de épocas anteriores, sino un amasijo de ruinas y muestras de arquitectura de todos los estilos de los últimos 400 años, en tremendo mal estado. Tantos edificios insalvables, expuestos y condenados a la demolición masiva de un futuro, o la demolición lenta de la física. Tantas piedras que son la esencia misma de una ciudad que podría ser fantástica hoy en día.
La Habana cambió el giro de la rueda del progreso y a fuerza de ir hacia atrás es hoy una ciudad sucia, en gran medida asquerosa. Descuidada y maltratada por sus pobladores, faltos de educación y de amor hacia aquella que les hospeda. La Habana se estancó en todas las ramas, cerrandole las puertas a la modernidad. Nada funciona correctamente como debería ser en una ciudad del siglo XXI, inclusive servicios tan importantes y que deberían ser priorizados, como el abastecimiento de agua corriente (zonas y barrios enteros sin agua durante días), alcantarillados y aguas residuales (fosas desbordantes como fuentes y aguas albañales corriendo por las calles), telefónos y comunicaciones (la más baja tasa de teléfonos por habitantes en Latinoamérica), transporte público (millones de dólares empleados en la compra de buses para sustituir los obsoletos "camellos" y mejorar la frecuencia de las lineas,cambiaron quizás la imagen del transporte público, pero la realidad sigue siendo la misma. El sistema de transporte público no está adaptado a los nuevos tiempos, ni al aumento de la población de la ciudad. Amén del futuro), alumbrado público (deficiente o inexistente en muchas zonas de la ciudad. Bandalizado por la población en toda la superficie de la capital. A modo de ejemplo cito las nuevas luminarias de la calle Zanja. Instaladas "a la cubana", sobre las bases de las antiguas, están siendo bandalizadas. Muchas tienen los registros abiertos, con el consiguiente peligro de electrocución), señalizaciones de tráfico (carentes en toda la ciudad, inexistentes en el resto del país),etc.

VIDAROSA dijo...

Todas estas y otras circunstancias hacen de La Habana una ciudad para no vivir.
La degradación continúa y la palabra mantenimiento no acaba de aparecer en el diccionario de la ciudad. El estado es propietario de todo, pero no se ocupa de nada. La población no ayuda, debido a una falta enorme de educación ambiental y cívismo, que unido a la necesidad individual contribuye al deterioro Tampoco el Estado permite que aquellos que son sus inquilinos se ocupen de las viviendas que habitan, (ya se sabe de la imposibilidad de comprar materiales de construcción y los muchos etcéteras que impiden a la población mantener o reformar sus viviendas). ¿Resultado? Enormes zonas de la ciudad comparables con las favelas de Rio de Janeiro o los suburbios pobres de Latinoamérica. Muchas de estas zonas en el mismo centro de la ciudad.
¡No! La Habana ya no es la bella Habana de antes, ni tampoco es la bella Habana de ahora. La Habana es una ciudad pobre, estancada, atrasada, sucia, mugrienta, falta de servicios básicos y ni hablar de servicios de comodidad y bienestar para los habitantes de una ciudad. La Habana es una ciudad contaminada con zonas y barrios donde apenas hay árboles, ni plazas, ni parques (Centro Habana, Cerro...). La Habana pierde su antiguo encanto o lo que queda de él aceleradamente y no se recicla, ni se adapta a las variaciones de la época actual. Las nuevas arquitecturas están ausentes, cuando es por ahí por donde la ciudad podría renacer. Un primer proyecto de un arquitecto reconocido mundialmente podría ser el imán que llamaría a otros y la publicidad que haría mover la rueda. Pero el sistema no lo permite y prefieren malgastar millones en edificios de malísima calidad y peor arquitectura. Modernidad, contemporaneidad, arquitectura actual, son palabras sin significado en Cuba, en general y en La Habana, en particular. Mediocridad arquitectónica encuentra muchos sinónimos en la isla y en La Habana. Algunos arquitectos cubanos comienzan a construir tímidamente proyectos estéticamente modernos, pero esa furia creativa tiene que desencadenarse ya, algo que el sistema no permite. La Habana necesita renovación, sangre nueva, proyectos públicos otros que hoteles. La Habana necesita infraestructuras modernas, para su desarrollo, pues el futuro cercano se avisora infernal.

VIDAROSA dijo...

He vuelto a Europa después de un mes en la isla y me es imposible no comparar. Bercelona funciona bajo un cielo gris de invierno y un frío que penetra en los huesos. La ciudad limpia, ordenada, cívica, organizada para sus pobladores, reluce como una ciudad de futuro. La calidad de vida de los barceloneses aumenta de año en año, gracias a infraestructuras modernas, parques y jardines, vías priorizadas para ciclistas y peatones, plantación e inventario de los árboles de la ciudad que hacen más verde el entorno y más limpio el aire. Barcelona es una ciudad para vivir en ella. El dinamismo se siente, se puede ver en los edificios de arquitectos famosos y reconocidos, en barrios que en otros tiempos fueron industriales, poblados de fábricas y hoy son zonas residenciales pensadas para disfrutar de la ciudad. La arquitectura contemporánea promovida por privados (casas y edificios de viviendas, hoteles) y por el gobierno (edificios públicos), se mezcla con la arquitectura modernista catalana y con las fachadas restauradas del Eixample barcelonés, diseñado por Sert. Las comunidades de vecinos resturan las fachadas y los ámbitos comunes de los edificios (escaleras, áreas verdes y comunes) con el dinero que cada mes pagan los que habitan las viviendas y así se mantienen en perfecto estado las edificaciones. ¿Por qué no se podría emplear el mismo sistema en La Habana, con sus peculiaridades?
Barcelona, como Berlin, Londres, París o Estocolmo, pertenecen a otro mundo, ya lo sabemos, pero se pueden tomar ideas de aquellos que tienen experiencia y La Habana, necesita salir de su encierro y ver que está pasando en otros lugares.
Me es imposible no comparar y no pensar que me he vuelto demasiado europeo, para volver a vivir o amar una ciudad donde predomina el desorden urbanístico, donde las rejas y el individualismo estético lo afean todo, donde el maltrato a la ciudad y el entorno es constante, donde la suciedad y la falta de civismo ganan lugar. Una ciudad que fue mi ciudad, pero que me decepciona en cada viaje de vuelta. La Habana ya no está presente en mi corazón como lo estuvo, ya no me hace soñar. La Habana fue la tierra donde un día nació un árbol y ese árbol fue replantado en otra tierra y comenzó a echar raíces y se adaptó al nuevo clima y hoy ve la tierra donde nació como algo lejano, como una tierra seca, sin nutrientes, contaminada. Imposible crecer y prosperar en esa tierra. La Habana está casi muerta, porque el sistema imperante en Cuba la está asesinando y solo un cambio radical y muchos, muchos, muchos millones de dólares en inversión harán que ese cáncer no la mate definitivamente.
Seamos realistas. Es improvable que así sea. Al menos mientras las cosas no cambien.
La Habana languidece, termina de morir bajo un cielo azul, y un sol que en pleno mes de diciembre parece de verano. Miro a mi alrededor y lloro de impotencia, porque en el fondo de mí, todavía la amo y porque en el fondo de mí sé que no hay solución a corto plazo y es precisamente lo que la ciudad necesita antes de que el cáncer de que padece termine con ella.
Un día tuve un blog que hablaba de esa Habana que tenía en mi memoria
y de esa otra que sé que existió antes de yo nacer. Rapsodia Habanera se llamaba el blog. Dejé de escribir no por pereza, ni falta de tiempo. Dejé de escribir por decepción profunda y falta de convencimiento. La Habana ya no me ofrece nada y anclarse en el pasado no es la solución.

VIDAROSA

Josema dijo...

Por alusión: Jejejeje, sí, soy español de pura cepa, pero vivo en Colombia, cado con colombiana, etc. Ya se podrán imaginar.
En este post se mezclan acertadamente sensaciones y vivencias. Ayer no pude dejar de ver el documental referido de La 2 de Televisión Española. A mí me parece algo antiguo, no por las imágenes, sino porque conozco el programa. Vamos, que no se grabó el mes pasado, sino hace ya algunos años. A medida que iba contemplando las hermosísimas estampas cubanas retratadas en él (al Cesar lo que es del César) no podía reprimir mi indignación en momentos puntuales, y así se lo hacía saber a Aguaya por el Twitter (cómo ha cambiado nuestra comunicación, ¿verdad blogueros?).
El mayor problema de este tipo de documentales que sólo basan su narración en lo bello es que caen en un "buenismo" que indirectamente justifica la situación política, en este caso de Cuba. Estética sin ética, totalmente condenable desde la óptica de un defensor de los DDHH.
Una vez más me ha salido un post en vez de un comentario. Lo siento :-(.
Es un placer leerte amiga.

Aguaya dijo...

Cuban, feliz 2010!! muy buenos deseos para ti y los tuyos!!

Vidarosa, hace rato no sabía de ti... Tu blog me acercaba a la cuna y supuse que la falta de tiempo te ahogaba el escribir en él. Por lo que has escrito ahora descubro la verdadera razón....... y siento miedo de que llegue el día en que yo igual necesite escribir "Una ciudad que fue mi ciudad, pero que me decepciona en cada viaje de vuelta" o "La Habana ya no está presente en mi corazón como lo estuvo, ya no me hace soñar" o "La Habana ya no me ofrece nada".

Lo peor del caso: tiendo también a pensar, a veces, en esa dirección........ qué tristeza, habanero, qué tristeza... 51 años la han hundido en el tiempo, a nuestra Habana.

Josema, después de todo doy gracias a los blogs, a los twitters, a los facebook, a los... por dos cosas esencialmente: por la posibilidad de intercambios como éstos y por la puerta abierta a la difusión de puntos de vistas diferentes de los oficiales del gobierno cubano: ya la situación real de la isla no puede seguirse ocultando y tergiversando como antes. O pueden hacerlo, pero ya existen otras vías de comprobar lo contrario...

Un abrazo para todos!