miércoles, 23 de noviembre de 2011

¡Hay tanto que botar! ¡Hasta Ministros!

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Papelera. La Habana, 2009

A propósito del video del Chupi Chupi y la polémica y debate desatados por estos días, aquí lo gracioso y lo no gracioso del asunto, según mi punto de vista.

Mi esposo lo estaba viendo con los audífonos puestos, al niño le llamó la atención (¿los colores?, ¿las mujeres?, ¿el baile?), se le acercó, no paró hasta que su padre le puso los audífonos a él, y oyó y vio hasta el final lo que quedaba de la canción. Yo estaba a unos tres metros, sentada en el sofá.

Entonces se levantó de la silla de la computadora, se nos paró delante, separó un pie de otro a la distancia de los hombros, flexionó un poco las rodillas, subió los brazos, y se puso a bailar-cantar-reírse repitiendo, una y otra vez, "na-ma na-ma zuqui, na-ma na-ma zuqui, na-ma na-ma zuqui". Tiene 4 años.

Nosotros, a reirnos de lo lindo. Y el niño, divertidísimo. Bilingüe pasivo que es, no me cabe duda alguna de que no entendió ni jota de la letra que oyó (ni yo gran parte cuando la oí antes de escribir estas líneas). Lo que me dijo fue: "¡Mama, schöne Mujer!". Ya sé lo que le llamó la atención...

Y al poco rato, "na-ma na-ma zuqui, na-ma na-ma zuqui, na-ma na-ma zuqui". Y cuando comíamos, "na-ma na-ma zuqui, na-ma na-ma zuqui, na-ma na-ma zuqui". Uffff, como en la radio cuando la cogen con alguna canción...

Hasta ahí lo gracioso. Por suerte, en el país que vivo puedo escoger qué música oir o no y, la vulgar, ni siendo bailable, me llama la atención.

Lo que no me parece para nada gracioso es la reacción de los "críticos puritanos" (?) y politiqueros, empezando por el Ministro de Cultura, Abel Prieto. No entiendo cómo le puede haber dado picazón la letra, o el baile, o los gestos, o las alusiones subliminales a simbologías foráneas o sexuales, sin haberse inmutado siquiera ante las órdenes directas, fomento descarado, total apoyo, violencia extrema, bestialidad y desvergüenza absolutas, por parte de la Seguridad del Estado y de quienes lo dirigen a él, cuando turbas paramilitares usan a menores de edad para acosar y reprimir a disidentes, sin importar sexo ni edad ni raza de las víctimas, ni consecuencias fatales.

En buen cubano: ¿será cara de guante? Que alguien me explique, por favor...

Ah, y para colmos, en el Granma que "La vulgaridad NUNCA ha sido la esencia de la música cubana y los ejemplos sobran". Por segunda vez: ¿pero será cara de guante? La oración debieron escribirla así:

"La vulgaridad SIEMPRE ha estado presente en la música cubana. Y los ejemplos sobran."

Si de botar se trata, yo empiezo por botar al Granma y a quienes escriben tales mentiras. Y sigo con el ministro de cultura y su ministerio, tentáculo oficial para controlar y censurar "la cultura" y a quienes a través de ella se expresan. Hacen más daño al ser humano que la letra del Chupi Chupi.
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