Un total de 380 películas fueron exhibidas, de las cuales solo 21 se disputaron los preciados plantígrados en la competencia principal. En un 22 porciento de los casos (86 películas), la dirección fue femenina.
El tema más abordado este año fue la crítica social. Las puestas en escena convencieron igualmente al jurado. Antes de ser otorgados los Osos de Oro y Plata, USA se alzaba en primer lugar con la mayor cantidad de estatuillas doradas recibidas hasta el momento con 13, seguida de Alemania con 8, Inglaterra y Francia con 7, e Italia y España con 4 cada una. Brasil ganó anoche su primer Oso de Oro: José Padilha acarició sin límites su pelaje dorado.

De los siete críticos de cine de los cuales el Berliner Morgenpost dedicó día por día a publicar sus evaluaciones y preferencias, cuatro dieron como favorita al Oso de Oro a la película There will be Blood (USA), uno a Happy-Go-Lucky (Inglaterra), otro a Elegy (España) y uno también a Standard Operating Procedure, quien se llevara el segundo premio. De Tropa de Élite nadie pensó que se llevara el gran Oso.
Dato curioso: después de cada presentación (fueron 1256 en total) las salas de cine no se quedaron totalmente vacías: en el Lost&Found oficial de la Berlinale esperan 225 artículos para regresar a las manos de sus dueños. El más grande de ellos es una maleta de viaje que cerró los zippers de milagro. El más chiquito es una tarjeta de memoria SIM.