miércoles, 20 de febrero de 2008

El cartero siempre llama dos veces

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En un post anterior me referí a lo incapaces que nos hemos sentido a veces tratando de entender los adelantos de un país del primer mundo, por ejemplo en el transporte. Hoy les comentaré de cómo uno puede también disfrutar de estos adelantos hasta llegar a desarraigar casi completamente los cánones y costumbres anteriores...

Me fascina el funcionamiento del correos postal en Alemania. No solamente Ud. puede comprar por catálogos un refrigerador, un juego de cuarto o la canastilla para su bebé y enviar las solicitudes en un sobre, por correos, sino que lo comprado le llega también por correos sin la menor dificultad. Puede solicitarse un día específico para la entrega, o devolverse sin costo alguno la mercancía que ya no desee.

Los carteros y expeditores de mercancías llaman a su puerta para entregarle las suyas pero, si Ud. no está, llaman a la del vecino. A veces en la casa tenemos paquetes de los vecinos que nos deja el Postbote con firma de por medio. Al destinatario le avisa entonces mediante una tarjeta que nosotros somos los que tenemos su encargo. Igual sucede si no somos nosotros los que estamos en casa y esperamos algún envío.

La información de las cuentas bancarias, los tickets para el transporte del año, comerciales, anuncios, postales de amigos, en fin, lo que Ud. ni se imagina, lo distribuye el correos de un día para otro si es dentro de Alemania, por cierto, y en Europa en menos de una semana. A otros países del mundo puede demorar meses: pero llegan los paquetes.

Con mi país, donde vive mi familia, no he corrido la misma suerte. Hasta las postales por el Día de las Madres se han "perdido". No han llegado (bueno, reconozco que llegaron dos de más de diez que he mandado. Algo es algo, ¿no?), han saltado al Océano Atlántico desde los aviones.

Del famoso drama protagonizado por Jack Nicholson y Jessica Lange en 1981 casi ni me acuerdo. Pero las noticias de ayer 19 de Febrero no me las trajo ningún cartero. Las leí yo misma en Internet, en los blogs cubanos, en los periódicos alemanes. A Cuba no mando más postales por el Día de las Madres: pierdo mi dinero. Pero espero que pronto en mi casa puedan entrar a Internet a leer el Spiegel Online.
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