miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cuando calienta el sol allá en la playa...

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Tengo varios amigos que no se acaban de adaptar al nuevo país donde viven porque extrañan las playas cubanas. Yo no extraño las playas, ni el calor, ni el sol. No me gusta el sol, me hace daño, un par de rayitos y ya tengo la piel como un camarón. ¿Habrá sido éste un factor decisivo en mi adaptación al país donde vivo desde hace 10 años? Va y sí...

Las últimas tres veces que he visto una playa ha sido en lugares muy diferentes: hace un año en Barcelona, hace un mes en la Habana y hace un par de semanas en Mallorca.

En Barcelona sólo toqué el agua con la punta del pie. Era agosto pero estaba congelada. La arena era gruesa y oscura y el niño se comió una buena parte. En Mallorca ni me bañé, preferí descansar a la sombra de unos árboles llenos de periquitos. Qué va, el sol me mata. La arena era bastante fina y blanca. En la Habana sí me senté en la orillita. Muy atrás han quedado los años en los que me echaba aceite de cocina como dorador y me tumbaba a dormir y a tostarme a sabiendas de la insolación que podía coger... en que íbamos los amigos en la guagua que fuera para pasarnos el día entero en la playa, nadando "en los océanos", comiendo panes con tortillas, caminando por la arena y tirándonos arena también...

Los niños míos nunca habían visto una playa "de verdad", así que un día salimos con ellos bien temprano. Díganme ustedes si no fue la gloria misma lo que nos encontramos cuando llegamos a esta parte entre el Mégano y Mar Azul, más pegado al Mégano:


El agua, como un plato; nunca le ha pegado mejor el símil. Poco a poco iban llegando los bañistas pero el mar ni se enteró: siguió inmutable. La niña me decía mientras nos quitábamos las ropas: "¡mami, mami, apúrate para meterme en la piscinita!", jijiji... El niño no, ese ni quería tocar la arena y menos el agua, ¡con lo calentica que estaba!


Con todo el dorador, bloqueador, protector y todos los "or" que se le parezcan que me eché encima no resolví mucho: pasada una hora de haber llegado ya quería irme por lo duro que estaba siendo el sol conmigo. Y eso que no eran aún las 10 de la mañana. Pero la playa seguía preciosa. Traté de hacer un par de fotos y comprueben ustedes mismos: ¡ni se sabe la línea del horizonte dónde está!


¿No se parece a un paraíso terrenal (acuático)? Y yo preguntándome, cuándo será la próxima vez que me vea rodeada así, de tanta paz, de tanta belleza natural... Sí, esos momentos sí que los extraño pues aquí en Alemania nada de playas como esa... Alguna que otra vez pasaba alguien pregonando "¡Vaya, el pelliiii...!" para romper el ruido del agua quien jugaba con ella, pero al rato todo volvía a la normalidad. Por cierto, ¿qué es un pelli? Esa fue la única palabra nueva que oí cuando estuve en Cuba. ¿Se escribe así?

El edén tropical lo vino a romper la foto que sigue, cuando ya nos íbamos:


... chico, que me trajo de cabeza a la realidad, triste realidad... ¿Qué fue esta construcción en el pasado?, ¿alguien recuerda?, ¿una cafetería, la entrada de algún club, baños y taquillas? Está en el Mégano, en la base de la loma que baja a la playa por el costado de Tarará. Le advierto, no se acerque mucho pues los hedores lo van a noquear, y duro.

No he comprobado muy bien si la primera o la última impresión es la que queda con el paso de los años. Yo preferiría que fuese la primera que me encontré cuando vi el mar ese día... o hasta la letra de la canción de Luis Miguel, vaya.
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6 comentarios:

Chez Isabella dijo...

Agua,otra vez soy yo la primera en comentar. El edificio que aparece en la foto era efectivamente un lugar donde habian taquillas, duchas, etc. Me has dejado mas deprimida... Amiguita, cuando era chica todos los fines de semana iba al Mégano con mi madre y su novio, que jugaba squash en las canchas. Siempre nos cambiabamos en aquel lugar. Luego, en mi época de adolescente, al lado de ese mismo edificio habia una especie de camping que colindaba con Tarara. Alli uno podia llegar e instalarse con su tienda. Como habian duchas y servicios sanitarios y se conseguia comida en las cafeterias, resultaba comodo acampar alli. Como ves, ese sitio ocupa un lugar privilegiado en mi memoria afectiva. Tengo fotos por alli con apenas 5 anhos. Ver esas imagenes me ha hecho colapsar y hoy que estoy enferma ha contribuido a aumentar mi tristeza. Y todavia dice "el buen observador" que no, que no sea estan cayendo los edificios en Cuba! Le ronca!

Cambiando el tema, cuando puedas llégate al blog del congreso vitual internacional de bloggers. Publiqué una ponencia. Entre otras cosas, hablo del trabajo que ralizamos juntas. Te cito varias veces por aquello de honor a quien honor merece.

Un saludo linda.

Pharpe dijo...

Da gusto ver el mar así, la verdad. A mí me encanta el mar y la playa, qué le vamos a hacer? Claro que yo soy de aquí no de Cuba, supongo que es bastante distinto. Saludos

Sofia dijo...

Que lindas fotos Aguaya!!!
La playas en Cuba son lindas, lindas...a agua es muy caliente!!!
A mi me gusta mucho la playa,ma lo mejor que para mim tiene la playa es el agua...yo quando estoy un dia en la playa 90% estoy en la agua sea ella muy o poco caliente.:)

Besitos
Sofia

Lori dijo...

Aguaya, me has sacado hasta un suspiro. Son tantos los recuerdos de esa playa! Desde la cola que hacíamos en la Terminal de Trenes para coger aquellas guaguas repletas con gente colgando y todo, pero cuando llegábamos al Mégano solamente con mirar al mar ya se olvidaba casi todo, hasta de pensar en como coger la guagua de regreso.

Silvita dijo...

Agua... que escribe del agua en este post: yo soy marina, o sea, silvita pero me gusta muuuucho el mar. De ahí que me haya refugiado en una islita cybernética para recuperar mi cuerpo y espíritu banstante fatigados últimamente. No llego a ser oceánica como el Yoyi, a quien admiro:

http://elyoyin.blogspot.com/

que con sus maravillosas narraciones subacuáticas y sobreacuáticas me lo imagino ya como un Neptuno o Poseidón caribeño! Lo mío es nadar en aguas tranquilas, donde aún se da pie aunque sea en puntillitas.

Aquí en el sur de suecia me meto, me zambullo y floto en aguas de refrigerador, es verdad, pero de una belleza que hay que reconocer: quién diría que Escandinavia, el Báltico, podía sorprenderme con playas anchas de arenas blancas y finas, aguas de cristal, gaviotas, costas de enormes piedras pulidas por los glaciares o erosionadas como esculturas... voy a tener que escribir de eso en mi islita para que quede constancia. Yo, antes de venir, me imaginaba todo esto por acá hecho cuadritos de hielo.
Un saludo,
silvita.

Carlos dijo...

Yo tampoco soy muy adicto al sol, de hecho creo que estoy entre los primeros consumidores de bloqueadores solares en Chile. En Cuba no lo usaba mucho por razones obvias.
Soy de los que viven pensando en el mar, por eso cada vez que puedo me voy a Viña, Valparaiso o cualquier otra ciudad con mar incluido.
Ahora, eso de meterme en el mar, nica... (sorry)
Lo hice en Barcelona o Valencia varias veces, siempre despues de jugar varios partidos de Voli en la playa... pero nada comparable con el Caribe, con Cuba, R.Dominicana o Panama (sorry por otras playas/paises pero no he viajado más).
Me acuerdo de las veces que fuimos estando en la UH o incluso antes, en el PRE, a la playa, como nos ayudaba despues de una pruebita de análisis matematico entrarle de lleno a ese mar con cara de plato, no importa que fuese en enero.
En fin, viva el mar, el sol, el bloqueador solar y el tiempo para ir de vacaciones