Sí, esos hospitales que son para los cubanos, porque no les queda otro remedio. Esos que, por supuesto, ni los turistas (bah, Cuba es para turistear y lo otro no me importa) ni los cegatos de izquierda (izquierda que coma izquierda no conozco todavía) pisan siquiera cuando visitan la isla, porque les interesa o conviene mirar hacia otro lado...
Esa otra cubana, que me ha pedido no revele su nombre pues aún tiene familia en Cuba y no quisiera le pasara lo que a mí, que no puedo entrar más a la isla precisamente por expresarme libremente en mi blog personal, por ejemplo (y de verdad no me explico cómo pueden llegar a pensar que voy a dejar de hacerlo), pues esa otra cubana me ha enviado fotos y textos que acompañan las mismas que yo publicaré en este espacio en varias partes.
Las fotos y lo que escribe dan ganas de llorar. Porque muestran por un lado la realidad, que yo también conozco, y por otro nos descubren lo desamparados que están nuestros coterráneos ante el desgobierno, el churre, la desidia y hasta el mal olor en centros a donde, se supone, van para curarse de enfermedades. Y más grave aún, porque esa es la otra cara del sistema de salud que exporta en los medios, desde hace décadas, la dictadura castrista.
No demoro más las fotos, entre las que he intercalado diálogos que sostuvo su familiar enfermo con el personal del Hospital Oncológico de Matanzas (¡oncológico! ¿Hay algo peor que un cáncer para una persona? Sí, los Castro para los cubanos).
Aguaya, yo estuve en el hospital por un par de semanas junto con mi mamá mientras ella se daba las radiaciones que eran diarias. Las quimoterapias eran cada 21 días, pero a veces coincidían una cosa y la otra. Durante mi estancia allí, vi muchas cosas que a los cubanos de allá les parecen normales, pero evidentemente todo eso en el mundo libre es inadmisible.
"- Tenemos que ponerla en la sala de hombres, compañera [la Jefa de Enfermeras es quien conversa con la paciente]. El problema es que usted tiene el tumor en la columna y el médico dice que no puede subir las escaleras. La sala de mujeres está en el segundo piso."
- Y si subo por el elevador?
- ¿Qué elevador? ¿Eso que está ahí? Ah,... ese hueco que usted ve ahí es el hueco del elevador que nunca fue instalado. La única forma de llegar al segundo piso son las escaleras y usted sabe que apenas si puede caminar. Si empieza a subir escaleras y el tumor le toca la médula se puede hasta quedar inválida, ya el médico se lo dijo. Aquí vamos a hacer todo lo posible porque eso no pase. No se preocupe, compañera, que la vamos a poner en la sala de los hombres pero en un cuartico que era de las enfermeras...
(Continuará...)
Relacionado:
* Segunda parte
* Tercera parte
* Cuarta parte
* Quinta parte
* Sexta parte y final
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