Natividad asegura que Juan Wilfredo insistió en la golpiza que le propinaron, y que lo hizo en presencia del esposo de su sobrina. Llama la atención que esta persona, familiar suyo (el esposo de la sobrina de Juan Wilfredo) declarara después a Granma (órgano oficial del Partido Comunista), que "si fuera verdad lo que dice esa gente, de seguro él se lo hubiera contado porque entre ellos dos no había secretos". Lo que no dijo ni dirá Granma es que Yasmil Pérez Rodríguez (así se llama) estudia Derecho en la Universidad y que su esposa es civil de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Como se desvíen de la versión oficial, de patitas pa' la calle, eso es común en la isla...
El video lo ha subido a YouTube el Dr. Oscar Elías Biscet, ex-preso de la Primavera Negra, del grupo de los 75, que rechazara ser desterrado y por ende fue uno de los últimos en ser sacado de la prisión castrista.
La dictadura y la prensa oficialista, la única permitida en el país, no ha escatimado tiempo, espacio, fuerzas ni cómplices para justificar y manipular la verdadera muerte de Juan Wilfredo. El propio Pastor Mario Félix Lleonart Barroso, quien alertara por primera vez, en Twitter, sobre la golpiza a Juan Wilfredo, escribe así en su blog, Cubano confesante:
Por más que el gobierno pretenda atemorizarme con esos estrambóticos editoriales seguiré levantando mi voz por Juan Wilfredo. No seré ni el sacerdote, ni el levita que siguieron de largo cuando encontraron a un hombre golpeado y tirado junto al camino. Tengo el reto de ser el samaritano que se hizo cargo; y aunque ya no pueda curar sus heridas todavía me resuenan sus palabras de aquella mañana del jueves 5 cuando Dios nos hizo coincidir en el tiempo y el espacio, por última vez, para hacerme conocer de su propia voz de la severa golpiza que le habían propinado con tonfas.
Es inadmisible que para intentar limpiarse de esta muerte el gobierno cubano conjure las guerras de Iraq y Afganistán, las prisiones de Abu Ghraib y la Base Naval de Guantánamo, y miles de problemas más. Que se cometan crímenes alrededor del mundo no justifica que también se admitan en Cuba. La diferencia está que la muerte con la que me rocé fue con la de mi amigo Juan Wilfredo. Él me consideraba su pastor y no tenía por qué engañarme, independientemente de que más que sus palabras me hablaron sus expresiones de dolor como le hablaron a treinta testigos referenciales que como yo están dispuestos a declarar, sin mencionar a quienes no lo están porque sienten un miedo que no juzgo.
Además, el Pastor acusa en su cuenta de Twitter, @maritovoz, a la policía política, al Partido Comunista y a los chivatos de la dictadura (a los que decentemente llama "informantes") de acosar a la feligresía de su iglesia, así como de represalias a testigos referenciales de la golpiza, como lo demuestran sus últimos tweets:
El Pastor Mario Félix es una persona valiente e insiste en la verdadera causa de la muerte de Juan Wilfredo:
Pero no serán las amenazadoras editoriales, ni las condenas a medio mundo, quienes me atemoricen a mí, ni las que consigan demostrar la limpieza de un gobierno desesperado; bien dice el dicho popular: «Dime de que alardeas y te diré de qué careces».
Yo ya lo comenté en otro post anterior: a la dictadura NO LE CREO.
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