
Ustedes creerán que es bobería pero hace casi 10 años que no sé lo que es barrer agua hacia un tragante o echar un cubo entero por él... Y es que en Alemania creo que pudiera decir que no existen. ¡Tan cómodos que son!
Así como les cuento. Las casas (y apartamentos) en su mayoría tienen pisos de madera o están alfombrados y ahí el agua no tienen nada que buscar. Esos pisos son más calientes en invierno, claro. No es agradable pisar con el pie descalzo la madera cuando hay menos de 20 grados de temperatura ambiental. La aspiradora es la que se lleva el polvo pero aún así hay que pasarle un paño húmedo a veces, sobre todo si se tiene un par de chiquillos en casa a los que se les puede botar un poco de jugo o caer algún alimento.
Para la limpieza es similar: nada de cubos de agua, ni siquiera en el baño. Así que me las tengo que arreglar echando el agua por la taza del inodoro para después limpiarla a ella. Porque la cocina y el baño del apartamento donde vivo ahora (mío no, lo alquilo) tienen lozas y claro que yo las limpio "a lo cubano". Palo de trapear y haragán esta gente no conoce, por cierto.
También extraño a montones acostarme en el piso de la sala de mi casa (como hacía allá en Cuba) para ver la televisión, de espaldas al granito frío y refrescante, cuando de calor se trata. Y es que aunque sea un par de días al año, a veces por estas latitudes hace también muchísimo calor. En fin, ese tipo de costumbres pareciera que se me olvidaran pero no, las recuerdo a cada instante y no quiero separarme de ellas. Ellas son las que quieren desarraigarse, pero yo no las dejo...
¿Qué tal les pasa a ustedes?