Bueno, pues Roger Alsing escogió 50 de esas figuras, 50 polígonos semitransparentes, para ser más exactos, y dejó que un programa creado por él mismo los cambiara de tamaño, de forma y de color, superponiéndolos entre sí y comparándolos con una figura original a la cual debían parecerse. Si no era el caso, pues volvía a cambiar (mutar) las características de los polígonos simulando una evolución y, bueno, ¡adivinen qué obtuvo al final! Véanlo ustedes mismos:
Increíble, ¿verdad?
Roger Alsing no sólo nos muestra en su blog estos resultados de su programa al pintar a la famosísima Mona Lisa sino que explica por qué se interesó en el problema, ofrece el código del programa, enseña otras imágenes que obtuvo en una galería y se sigue debatiendo en su blog con los lectores para ponerle nombre a la criatura (algunos dicen que es un tipo de programa, otros que otro, y yo, que doy clases de ellos, pues también les enseñaré a mis alumnos estas maravillas de las metaheurísticas).
Los dejo con otra obra de arte que Roger Alsing obtuvo con su programa (a la izquierda está el original y a la derecha la que pinta el programa):
Sí, se trata de El grito, del noruego Edvard Munch. Fíjense ahora en dos versiones de la misma pintura: una que está en el Museo Munch, en Oslo, y otra que está en igual museo.
Yo insisto: con 50 polígonos claro que se puede hacer mucho... :-)
6 comentarios:
que cosa más alucinante !!!
es como si descodificara la memoria interna del pintor, con las lineas que la profesion impone al enfrentar la tela, lineas de luz, geometria del equilibrio... gracias.
Misterios de la ciencia!
que increiblemenete fantastico, me has dejado como la segunda pintura!!
Vieron eso!!!???? Interesantísimo, verdad?!!!
algoritmos geneticos? Increible lo que se logra con ellos, aunque no esten probadas matematicamente :).
Los esperamos en diciembre. El dia 3 nos vamos 3 semanas a Santiago, ya tenemos visas y pasajes.
Monica
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