martes, 30 de diciembre de 2008

¡Fui al concierto de "Ich + Ich" en la O2 World Arena, el "Vom selben Stern"!

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Acabo de regresar del concierto. ¡Me ha encantado! La euforia supera mi sueño y el chorro de adrenalina en las venas me va a costar trabajo dominarlo en días... Mientras, les cuento.

Ya les había comentado en un post que mi esposo fue al concierto de Metallica que abrió las puertas de la O2 World Arena al público. Ese día rockeó de lo lindo con el Death Magnetic en la instalación, la más moderna de su tipo en toda Europa, casa del club de baloncesto ALBA Berlín y del club de jockey sobre hielo Osos Polares de Berlín. La O2 World Arena también recibe a artistas de todo el mundo cada semana. Hoy (ayer 29 de diciembre) tocó allí la banda alemana Ich + Ich y yo los oí en vivo...

Fui con mi ticket orgullosa, pensando en los años que hacía que no iba a un concierto en vivo. La última vez que fui a uno fue viviendo aún en Cuba, a finales del año 1998. En aquella oportunidad fui a ver a Polito Ibáñez al Teatro Nacional.

La O2 World Arena luce impecable de día y de noche...


...y en su interior se respira aún el olor a nuevo (se inauguró el 10 de septiembre pasado).


Mi ticket era para la sección Premium, fila 5. Wow, qué nivel. Poco a poco se van llenando los espacios vacíos...


...y la gente espera impaciente a que comience la gira por Berlín del Vom selben Stern (De la misma estrella)...


...hasta que Adel Tawil empieza a cantar:


Para cada canción, una escenografía diferente. Las luces, los colores, los acordes, el volumen, la voz de Adel, los músicos, ah, disfrute pleno...


El escenario estaba en un extremo, a mi izquierda. Después de dos terceras partes del concierto los músicos se despidieron y aparecieron en el mismo centro, ¡frente a donde yo estaba!


La pasé muy bien. Y el público estuvo espectacular. Emocionadísima estaba, claro, y hasta creo que no me vendría mal aprender a chiflar yo también...



¡Qué cierre de año tan intenso por estos días! Pequeños momentos así son los lindos recuerdos que una no olvida. Y así también se es feliz. Lo sabían, ¿verdad?
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