domingo, 2 de noviembre de 2008

¡Qué va, así no se puede bloguear!

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A veces intento leer alguna noticia, revisar el buzón de correo electrónico, hasta bloguear incluso, al menos agradeciendo o devolviendo comentarios, mientras los niños están aún despiertos haciendo de las suyas en la casa. Pero casi nunca tengo éxito. Por eso lo dejo todo para avanzada la noche o para por la madrugada, a las que llego agotada o casi dormida.

Es muy difícil sentarse a la computadora con tranquilidad. Además, los teclados y algunas mesas de computadoras no están diseñados para coexistir con niños traviesos. ¿Que exagero? Fíjense en la siguiente foto: la altura del teclado es cómoda para mí pero está perfectamente al alcance de manitas curiosas. Y las teclas más importantes y de uso cuidadoso se encuentran en una posición infeliz:


Las teclas de Windows, a través de las cuales se accede a su menú principal (que incluye apagar la computadora) las señalé en rojo. La flecha amarilla es la tecla "Enter" o "Return", peligrosísima. La de al lado, la que dibujé en azul, borra despiadadamente a partir de la posición del cursor si Ud. no tiene cuidado. Y la verde, agrupa las cuatro teclas para movimientos verticales y horizontales que desplazan el foco de atención hacia cualquier extremo. En fin, cualquier manotazo juguetón termina por borrarle lo que ha escrito, o por enviarle un mensaje aún sin terminar, o por reiniciarle la computadora. Así como lo intenta a veces el más chiquito mío:


Y si fuera solo él, pero la grande también exige atención, sobre todo cuando a toda voz, para que se entere el edificio nuestro completo y el de al lado, me grita: "¡Maaaaaaami! ¡Ya hice caaaaaaaaca!".

¡Qué va, así no se puede bloguear!
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