Mañana sábado 3 de octubre se cumplirán 19 años de la unificación de las dos Alemanias (RDA y RFA) a raíz de la caída del Muro de Berlín hace 20 años ya (el 9 de noviembre de 1989). Muy bonitos los números de los aniversarios... pero Alemania sigue dividida.
Oportunidad reciente para comprobarlo: las elecciones parlamentarias alemanas, por ejemplo en Berlín, donde el partido de extrema izquierda Die Linke casi llega al 50% en algunos distritos de la otrora Alemania comunista, sectores donde también se encontraron los mayores porcientos de votantes por el partido nazi, mientras que el partido de derecha CDU es el que lleva la delantera en los distritos de la antigua RFA.
En la arquitectura aún se nota la diferencia en muchas zonas de la ciudad. La multicultural Berlín florece y las grúas y construcciones no han dejado de renovar la capital, aún en tiempos de crisis, pero cuándo se está en la parte Ost y cuándo en la West todavía no es muy difícil de adivinar. La mentalidad de las personas, también, sigue dividida. Esta ha sido, sin embargo, la más difícil de cambiar.
Yo, aunque alemana desde este año, sigo sin ser rubia de ojos azules, así que todas estas diferencias se acentúan en otro aspecto: el ser una emigrante, una extranjera. Como no tengo cartelito en la frente que diga ni de dónde provengo ni en lo que trabajo en este país ni lo que le aporto al mismo, pues el primer pensamiento para algunos sigue invariable: "no eres de aquí, regresa por donde viniste". Por suerte no para todos.
Los alemanes tienen más que motivos para festejar mañana 3 de octubre (día feriado nacional). En la Puerta de Brandeburgo, ícono indiscutible de la separación y la unificación de las dos Alemanias, habrá escenarios con artistas invitados y un programa festivo que durará 3 días. Por toda la avenida 17 de junio, también. La gran fiesta, sin embargo, será por los 20 años de la caída del Muro, de la que se conoce muy poco, o casi nada, en el país de donde vengo: Cuba.
Claro que ya lo deben suponer si han seguido este blog por algún tiempo: yo estaré pensando mañana y el resto del año, en el día en que los muros cubanos se vengan abajo de una vez, incluso los más difíciles de derribar: los que están en la mentalidad de las personas. Pero también espero caigan algún día los que siguen separando a muchas familias, los que siguen hundiendo la economía del país, los que siguen permitiendo que cubanos como yo preferamos vivir en otras latitudes y celebremos las fiestas de otros, ahora nuestras.