La calle es de los que no aceptan una voz diferente. Como mismo hace un gobierno que no puede sacar adelante al país porque, ante todo, no permite pensar y actuar diferente.
La calle es de los que apoyan a un régimen que golpea a personas que tienen otra opinión distinta de la oficial. Como hace un gobierno que, además, los mete presos por los años de los años, como ha hecho con opositores y periodistas independientes.
La calle es de los que censuran. Como hace un gobierno que bloquea sitios Webs y blogs alternativos que no quieren contar lo que les mandan sino lo que piensen y decidan sus bloggers.
La calle es de los que permite una dictadura puedan gritar en la calle sus consignas y no otras. Como un gobierno que a golpe de gritos y arengas, y golpes de los otros también, por cierto, ha tocado la flauta de Hamelín por más de medio siglo.
Lo dicen esas caras, esos gestos de odio, esa euforia de horda poseída que nada más sabe escuchar una flauta:






Oigo esos gritos y recuerdo, también, los actos de repudio en 1980. Y siento vergüenza por esos cubanos que gritan y golpean a un blogger que fue a dialogar y a aceptar las disculpas de uno de los que golpeó a su esposa, Yoani Sánchez, días atrás.
Lo mismo consiguió Hitler con los alemanes: que humillaran a los judíos y les gritaran en plena calle. Alimentó el odio hacia ellos y el pueblo alemán aceptó. Y todos sabemos en qué terminó todo...
De las fotos y el vídeo de arriba a las que les muestro ahora va sólo un pasito. Y siento más vergüenza aún por esos cubanos. Pena. Horror. Asco.








Los tiempos cambian, por suerte, pero la vergüenza cubana revive las cacerías de brujas. Lo que pasa es que los bloggers alternativos cubanos escriben en sus posts otra cosa, algo así como "Yo soy blogger y sí me voy a quejar del gobierno cubano". Bien hecho.
[Fotos tomadas de PD y sus citas a fuentes, y de una simple búsqueda en Google con los términos "Juden Demütigung" (judíos, humillación)]