"Fui secuestrada al peor estilo siciliano, con violencia verbal, física, llaves de inmovilidad, rodillazos".
Yoani cuenta lo sucedido: Entrevista a Yoani Sánchez, documento de audio, del cual les adelanto un fragmento:
Hoy han pasado una línea muy fuerte en relación a la blogósfera cubana alternativa: han pasado a la violencia. Nosotros no vamos a responder con violencia. Vamos a responder con argumentos, con textos. Vamos a seguir twuitteando, escribiendo en los posts, en los blogs. Claro que cada vez necesitamos más de ese escudo protector que conforman nuestros lectores. A todas las personas que se han mantenido en vilo y difundiendo la noticia: gracias. Son nuestro escudo principal. No nos quedamos inmóviles dentro de ese auto porque sabíamos que ellos también nos estaban apoyando. Todo no terminó bajo las botas de esos sicarios sencilamente porque hay gente afuera, hay gente en todas partes que nos lee y que nos apoya, y bueno, creo que eso ha sido un magnífico motivo para sobrevivir a todo esto y para seguir escribiendo.
Este es el performance al que iban los blogueros cuando fueron interceptados unas cuadras antes de llegar. Lo vi en el blog de Claudia Cadelo, otra de las blogueras que iba con Yoani. Ironías de la vida: un performance contra la violencia y ellos fueron violentamente arrestados y maltratados físicamente antes de llegar al mismo.
La noticia de la denigrante agresión física por parte de la Seguridad del Estado contra los blogueros en:
Generación Y (el blog de Yoani): Secuestro estilo camorra, que repito aquí completa:
Cerca de la calle 23 y justo en la rotonda de la Avenida de los Presidente, fue que vimos llegar en un auto negro –de fabricación china– a tres fornidos desconocidos: “Yoani, móntate en el auto” me dijo uno mientras me aguantaba fuertemente por la muñeca. Los otros dos rodeaban a Claudia Cadelo, Orlando Luís Pardo Lazo y una amiga que nos acompañaba a una marcha contra la violencia. Ironías de la vida, fue una tarde cargada de golpes, gritos y malas palabras la que debió transcurrir como una jornada de paz y concordia. Los mismos “agresores” llamaron a una patrulla que se llevó a mis otras dos acompañantes, Orlando y yo estábamos condenados al auto de matrícula amarilla, al pavoroso terreno de la ilegalidad y la impunidad del Armagedón.
Me negué a subir al brillante Jelly y exigimos nos mostraran una identificación o una orden judicial para llevarnos. Claro que no enseñaron ningún papel que probara la legitimidad de nuestro arresto. Los curiosos se agolpaban alrededor y yo gritaba “Auxilio, estos hombres nos quieren secuestrar”, pero ellos pararon a los que querían intervenir con un grito que revelaba todo el trasfondo ideológico de la operación: “No se metan, estos son unos contrarrevolucionarios”. Ante nuestra resistencia verbal, tomaron el teléfono y dijeron a alguien que debió ser su jefe: “¿Qué hacemos? No quieren subir al auto”. Imagino que del otro lado la respuesta fue tajante, porque después vino una andanada de golpes, empujones, me cargaron con la cabeza hacia abajo e intentaron colarme en el carro. Me aguanté de la puerta… golpes en los nudillos… alcancé a quitarle un papel que uno de ellos llevaba en el bolsillo y me lo metí en la boca. Otra andanada de golpes para que les devolviera el documento.
Adentro ya estaba Orlando, inmovilizado en una llave de kárate que lo mantenía con la cabeza pegada al piso. Uno puso su rodilla sobre mi pecho y el otro, desde el asiento delantero me daba en la zona de los riñones y me golpeaba la cabeza para que yo abriera la boca y soltara el papel. En un momento, sentí que no saldría nunca de aquel auto. “Hasta aquí llegaste Yoani”, “Ya se te acabaron las payasadas” dijo el que iba sentado al lado del chófer y que me halaba el cabello. En el asiento de atrás un raro espectáculo transcurría: mis piernas hacia arriba, mi rostro enrojecido por la presión y el cuerpo adolorido, al otro lado estaba Orlando reducido por un profesional de la golpiza. Sólo acerté a agarrarle a éste –a través del pantalón– los testículos, en un acto de desespero. Hundí mis uñas, suponiendo que él iba a seguir aplastando mi pecho hasta el último suspiro. “Mátame ya” le grité, con la última inhalación que me quedaba y el que iba en la parte delantera le advirtió al más joven “Déjala respirar”.
Escuchaba a Orlando jadear y los golpes seguían cayendo sobre nosotros, calculé abrir la puerta y tirarme, pero no había una manilla para activar desde adentro. Estábamos a merced de ellos y escuchar la voz de Orlando me daba ánimo. Después él me dijo que lo mismo le ocurría con mis entrecortadas palabras… ellas le decían “Yoani sigue viva”. Nos dejaron tirados y adoloridos en una calle de la Timba, una mujer se acercó “¿Qué les ha pasado?”… “Un secuestro”, atiné a decir. Lloramos abrazados en medio de la acera, pensaba en Teo, por Dios cómo voy a explicarle todos estos morados. Cómo voy a decirle que vive en un país donde ocurre esto, cómo voy a mirarlo y contarle que a su madre, por escribir un blog y poner sus opiniones en kilobytes, la han violentado en plena calle. Cómo describirle la cara despótica de quienes nos montaron a la fuerza en aquel auto, el disfrute que se les notaba al pegarnos, al levantar mi saya y arrastrarme semidesnuda hasta el auto.
Logré ver, no obstante, el grado de sobresalto de nuestros atacantes, el miedo a lo nuevo, a lo que no pueden destruir porque no comprenden, el terror bravucón del que sabe que tiene sus días contados.
En Octavo Cerco (el blog de Claudia Cadelo): Violencia contra la no violencia, que también repito aquí totalmente:
Viernes de academia blogger, terminamos la clase de cultura cubana con Miriam. Ambiente relajado: los Taínos y los mitos. Antes de irse Iván me dijo -Nos vemos a las cinco y media. Nos enteramos por los amigos, sabíamos que Aldo, Luis Eligio, Amaury y otros jóvenes iban a caminar hoy por 23 y G hasta L con carteles contra la violencia. Una marcha cívica en un país donde el civismo ha sido secuestrado por el totalitarismo, donde el poder ha envejecido y los últimos estertores de un sistema que se derrumba son una respuesta ciega, pura pataleta.
Nos quedamos Orlando Luis, su novia, Yoani y yo recogiendo y haciendo tiempo para la marcha. Salimos de la casa nerviosos pero convencidos de que no estaríamos solos. Por la calle G Orlando iba haciendo chistes que no puedo recordar pero que me hacían reír a carcajadas. Un hombre se masturbaba a pleno día en Zapata, La Habana se veía igual que siempre.
La parada del P11 estaba repleta, 27 y G, la esquina desde donde único se puede coger algo que te lleve para Alamar. El carro apareció de la nada, chapa amarilla, modelo chino y nuevo: dinero para reprimir. Vamos a ir cómodos, me dijo Yoani en broma y los tipos se bajaron con cara de no estar cómodos, debe ser triste ser un matón. Nos negamos a subirnos al carro, eran tres y nos amenazaban:
- Suban al carro ahora.
- Déjennos ver sus documentos o traigan un uniformado.
Orlando tenía su celular en la mano. “Pardo no grabes” -dijo el de la camisa anaranjada- y saqué el mío. Nadie me hacía caso, mandé el primer twitt…
Llegó una patrulla en menos de tres minutos, una pareja de policías –mujer y hombre- miraban anonadados la escena. Cumplían las órdenes ligeramente en cámara lenta, la mujer me dijo:
- No te resistas.
- Ellos están indocumentados- se me ocurrió aclararle.
Yoani se agarraba de un matojo, yo de la cintura de Yoani y la mujer me halaba por una pierna. A Orlando ya lo habían arrastrado, quedó fuera de mi campo visual. Un hombre en la parada miraba con cara de terror, la gente no dijo ni media palabra. La oficial, muy joven, me hizo una llave que me dejó inmovilizada, podía haber pataleado un poco pero me quedé atónita al ver las piernas de Yoani salirse por la ventanilla de atrás del carro de la seguridad del estado.
Me metió de un gesto en la patrulla mientras yo gritaba: ¡Yoani, Yoani! Pero me di cuenta de que nadie podía oírme, todo estaba herméticamente cerrado, la mujer de Orlando forcejeaba con el policía, el cuerpo de Yoani era metido a empujones de cabeza en el carro y el teléfono de Orlando salió volando por la ventanilla…mandé el segundo Twitt, con la esperanza de que alguien entendiera lo que malamente yo lograba teclear.
La muchacha policía se montó en la patrulla y me dijo:
- ¿Por qué te has resistido? No queremos darles golpes.
- Casi me rompes la camisa -dijo el otro de la PNR- mientras metía a la novia de Orlando en el carro.
Se veían avergonzados, por un momento creí que nos pedirían disculpas:
- ¿Ustedes tienes sus carnets encima? -dijo ella casi dulcemente- y nos pasó el teléfono de Orlando que sonaba sin parar.
Desgraciadamente llegó el de la camisa anaranjada, se subió y cerró la puerta… me cayó al lado. Los policías se callaron y empezó el diálogo:
- Claudia, apaga el teléfono.
- Olvídalo.
- Qué asco -dijo la novia de Orlando.
El resto puro insulto, bronca surrealista.
- Tu nombre no pasará a la historia -señaló.
- No me importa, pero tú ni siquiera tienes nombre. Cuando me baje del carro viro para G.
- Entonces será peor.
- Tus amenazas son tu miedo. Están en el fin.
- Payasa.
Poner un pie en la esquina de la casa de Yoani me dio mareo, no había luz en el edificio, no podía dar con el móvil de nadie y me estaba quedando sin saldo. En eso entró la primera llamada con un 00 delante y supe que nada había sido en vano, aun si todos habíamos sido arrestados y la marcha suspendida. Cuando más tarde vi el video que Ciro me trajo lo supe con certeza: están perdidos, la cuenta es regresiva.
En Penúltimos días: La Seguridad de Estado detiene a Yoani Sánchez y otros blogueros cuando iban a participar en una manifestación-performance en la calle 23 (updated)
En Reuters: Bloguera Yoani Sánchez es detenida brevemente en Cuba
En En Nuevo Herald: Yoani Sánchez golpeada por la seguridad del Estado
En rtve.es: La bloguera cubana Yoani Sánchez, retenida y golpeada por la policía
En ElMundo.es: La bloguera cubana Yoani Sánchez, retenida y golpeada por la policía
En ABC.es: La bloguera cubana Yoani Sánchez denuncia que fue golpeada y retenida por policías
En ElPaís.com: La bloguera cubana Yoani Sánchez, retenida y golpeada
En Radio y televisón Martí: Golpeada en La Habana Yoani Sánchez junto a otros blogueros
En LaRepública.pe: Bloguera cubana Yoani Sánchez detenida y golpeada
En infobae.com: La bloguera Yoani Sánchez, golpeada y detenida en Cuba
En A Freedom Blog: Brutal Arrest and Detention of Cuban Bloggers in Havana on Friday (Translation)
En Perú.com: Bloguera cubana Yoani Sánchez dice que fue retenida y golpeada por policías
...y en otros muchos blogs cubanos e hispanos, en Twitter (bajo la etiqueta #cuba se encuentran rápido), en Facebook, en Bitacoras.com.
Yo espero que algún día todos esos malcubanos que apoyan al desgobierno que ha llevado a la ruina a mi país encuentren el castigo más severo.

Vídeo en YouTube con la noticia, por AmericaTeVe, con entrevista directa a Yoani, en dos partes: "Eran profesionales de la intimidación y del golpe":
En LaStampa.it: Yoani Sanchez fermata dalla polizia
En Diario Digital Periodismo En Red: Yoani Sánchez golpeada por la seguridad del Estado
En Momento24: Yoani Sánchez, bloguera cubana, fue retenida y golpeada por policías
En Agencia de Noticias Spacio Libre: Agreden a bloggera Yoani Sánchez
Otra entrevista, la voz de Yoani:
Foto de golpes a Orlando Luis Pardo, quien iba junto con Yoani:

...y lo que escribió al respecto: Knuck knuck Knuckin’ on my nuca
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[...y sigo con más en breve...]