
La entrada me pareció muy bonita...

...el edificio es antiguo y la recepción, pequeña pero confortable, ¡con piano incluido!:

Me tocó la habitación No. 1, en la misma esquina del hotel en su planta baja (en la primera foto es la que está justamente debajo del cartel con el nombre del hotel):

No me quejo de las dos noches que dormí allí. Además, el desayuno estaba incluido y era muy variado y bueno.
Cerca del hotel hay una parada donde se puede coger un ómnibus que llega hasta el aeropuerto. Esa fue la suerte: no tuve que arrastrar muchas cuadras mi equipaje. Así que, al regreso, llegué con suficiente tiempo como para tomarme un refresco y esperar a subir al avión, cómodamente. Volé con Germanwings, 55 minutos hasta Berlín:

En próximos posts les contaré del tour a pie que di por la ciudad, de mi visita a la casa natal de Ludwig van Beethoven (lo mejor del paseo) y de las esculturas que fotografié y que se encuentra una en cualquier esquina de la ciudad. Bonn es una ciudad pequeña pero agradablemente acogedora; muy cuidada y limpia también.