Barcelona - La Pedrera, el Paseo de Gràcia y la Casa Batlló

Sabiendo que teníamos algún tiempo antes de coger el avión con destino a Berlín, dejamos para el último día la visita a la Casa Milà, conocida como La Pedrera por su aspecto y color, así como la caminata por el Paseo de Gràcia. Con este ticket entré a La Pedrera:


Fíjense en el precio: 9,50 Euros (por adulto). Yo lo veo caro. Es más, carísimo. Abro paréntesis: El ticket de entrada a la casa natal de Beethoven me costó sólo 5. Y cuando fui a ver la exposición del MoMA (Museum of Modern Art de New York) en Berlín me costó 10 Euros, sólo 50 centavos de Euro más por ver una de las más prestigiosas colecciones de arte moderno y contemporáneo del mundo, por no decir la mejor. Cierro paréntesis.

La Pedrera fue la última obra civil de Antoni Gaudí y se considera una gran obra de arte. Tanto es así que desde 1984 es un Bien Cultural del Patrimonio Mundial, declarado por la UNESCO. El edificio por fuera resalta por su belleza y exclusividad. Por dentro es también precioso, sobre todo me llamó la atención el apartamento donde se exponen piezas, muebles, vestuarios y modo de vida de una familia burguesa de Barcelona a principios del siglo XX. Como mi cámara digital pasó a mejor vida, compré unas postales...


La azotea del edificio es toda arte y funcionalidad, sobre todo por los respiraderos, la ventilación y las entradas de luz que permite a los apartamentos. Por ella caminamos con el niño chiquito cargado todo el tiempo pues el coche no lo podíamos bajar y subir por todas las escaleras que tiene (fíjense bien en la siguiente foto).


Otro paréntesis... No obstante para mí tiene un defecto: ahí no hay quien ponga una buena tendedera de ropas y es una lástima pues en las azoteas es donde mejor y más rápido se secan las toallas y las sábanas. Se los digo yo que tendía mucho la ropa en la azotea de mi casa en Santos Suárez... Cierro paréntesis. La Pedrera fue un encargo a Gaudí del industrial Pere Milà y su esposa Roser Segimon, quienes destinaron una planta como residencia y el resto lo dedicaron al alquiler. Gaudí firmó el certificado final de obra en el año 1912.

Al salir de La Pedrera caminamos un buen rato por el Paseo de Gràcia, la arteria más importante de la ciudad, otrora prestigioso boulevard de encanto arquitectónico por donde paseara la burguesía barcelonesa de finales del siglo XIX y principios del XX. A pocas cuadras nos quedamos extasiados mirando la Casa Batlló. Ahí sí no entramos porque estábamos contra reloj. Estas son dos postales que también compré en la shop de la Casa Milà:


En el Paseo de Gràcia Ud. encuentra las boutiques más prominentes del momento, así como bancos, edificios de lujosos apartamentos y otros tantos restaurants, negocios y tiendas por donde corre el dinero. Otro paréntesis más: De buena tinta me entero que el Paseo de Gràcia es la calle más cara de la ciudad de Barcelona y que... adivinen qué... pues que el Consulado Cubano tiene sus oficinas en uno de sus edificios. Bueno, no era para tanto, ¿eh? que bien se podría pagar menos alquiler en cualquier otro lugar de la ciudad, ¿no? Cierro el paréntesis.

Después terminamos en un "buffet sírvase Ud." que no nos gustó, para serles sincera, por eso mi esposo y mi suegra batearon doblete en el Subway cerca de Plaza Cataluña para comerse unos sandwishes. De ahí fuimos casi corriendo al apartamento donde nos habíamos quedado la semana, devolvimos las llaves y salimos disparados para el aeropuerto. No se nos fue el avión pero casi casi.

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