
Hace solo un rato terminó el juego de Alemania vs. Austria en la Eurocopa de Fútbol. Cuando Ballack, capitán del equipo Alemán, metió el gol, bueno, eso no fue un gol, fue un cañonazo de 121 km/h, se escucharon al rato los petardos, las bombitas, los fuegos articiales y los efectos pirotécnicos de los vecinos. La niña, que aun estaba despierta, empezó a brincar y a decir "¡Mami, mami, las bombitas!", contenta. Costó trabajo hacerla dormir después (antes también). Alemania garantizó su pase a los cuartos de finales después de ganarle a Polonia en el debut y perder contra Croacia en el segundo chance.
Eso sí, los que batearon jonrón fueron los turcos anoche. Turquía hizo tres goles en los últimos 15 minutos del juego y vino de abajo para dejar a los checos anonadados y sin saber qué decir, al campo. Las famosas "bombitas" se multiplicaron por veinte y miren eso, como la niña se quedó dormida antes, pues ni se enteró. Los turcos fiestaron hasta tarde y aun hoy pude ver a algunos fanáticos envueltos en banderas roja y blancas. La algarabía fue tremenda y algunas calles de la ciudad quedaron paralizadas. Y los vecinos, pues los vecinos gritaban con los goles que en la casa los oíamos perfectamente aunque no es un barrio "turco" éste donde vivimos. Me acordé de los juegos de pelota en la Habana...
Es bonito vivir de primera mano la euforia y la alegría de los juegos, cuando se gana, claro. Ahora los alemanes se enfrentarán a los portugueses el próximo jueves y ya les cuento si la niña se entera o no. Depende de cuándo logre que cierre los ojos y para descansar hasta el otro día.