viernes, 18 de enero de 2008

Kinderzoo

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La primera vez que fui al Zoo de Berlín (hay dos, uno en la parte de la antigua RDA y otro en Berlín Occidental) fue la segunda vez que visité un zoológico fuera de Cuba. La primera fue en Bolivia, durante un curso al que fui en Santa Cruz en 1996, y a donde nos llevaron advirtiéndonos que no les hiciéramos muchas muecas a las llamas, que escupían. Era verdad.

El Zoo de Berlín sin embargo enturbió con creces todos mis lindos recuerdos del zoológico de 26, en La Habana, pues no sólo es el primero a nivel mundial con mayor cantidad de especies de animales, con alrededor de 1500 de ellas, sino uno de los más grandes en extensión. Fue inaugurado en 1844 y durante la Segunda Guerra Mundial quedó prácticamente destruido. Pobres animalitos... de 3715 que había en aquel momento, sólo sobrevivieron a los bombardeos 91, entre ellos dos leones y un chimpancé.

Pues antes de ir a visitarlo pensé estar caminando el día entero viendo animales raros (para los cubanos) que sólo conocía de libros y películas. Y así fue. Un cartel, sin embargo, nos llamó la atención. Nosotros no sabíamos mucho Alemán entonces pero no era difícil de entender: Kinderzoo. Estábamos casi seguros de que se trataba del zoológico infantil, con los cachorros de leones, tigres, osos panda, elefanticos, cebritas, ositos polares, etc. Mira que caminamos buscando el dichoso lugar. Cualquiera se pierde fácil en 35 hectáreas de extensión...

Al fin dimos con carteles más grandes que anunciaban que estaba cerca el Kinderzoo. Los últimos metros casi corrí hasta la puerta de entrada, como si hubiera sido una niña más de las que se acercaban con prisa. Adivinen qué fue lo que nos encontramos... ¡Un recinto pequeño lleno de gallinas, chivos, conejos y cuanto animal de granja nosotros conocíamos de sobra de Cuba! Lo único que era nuevo para nosotros eran unas ovejas “pelúas”. ¡Ese era el Kinderzoo pero no con cachorritos exóticos sino un zoo para que los niños pudieran tocar libremente a los animales! Nos reímos cantidad... y echamos las monedas en los “parquímetros de comidas” para coger unas bolitas de pienso ante la terquedad de una de las ovejas que nos metía cañona para poner su boca donde debían esperar nuestras manos la caída de las bolitas. Así y todo pudimos rescatar algunas y se las dimos de comer a una chiva...

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2 comentarios:

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

los animalitos del zoo de 26 no tuvieron bombardeo, pero durante el Período S, se fueron perdiendo primero de 1 en 1 y luego de 2 en 2 y así las cosas... hasta que se convirtió en el museo del zoológico que una vez había sido...

agua, el mono en la foto parece un hippie de woodstock... ;)

tony.

Aguaya dijo...

tony, sí, pobrecitos los animalitos del zoo de 26....... los tigres llegaron a ponerse tan flacos que se podían coger de alfombras aun estando vivos...

Como juega ese mono poniéndose y quitándose el saco! y le encanta que le tiren fotos!!