
El abastecimiento en las tiendas donde se compra con divisas (donde recala prácticamente todo cubano que vive en la Isla) es una palabra "mágica": ahora lo ves, ahora no lo ves. Así me cuenta mi papá. Ni con dinero en la mano encuentra lo que busca. Hacer las mínimas compras de la semana presupone un recorrido por varias tiendas y mercados para, al final, regresar a la casa con las manos vacías. Y a esa hora a inventar mi mamá qué cocinar...
Y yo aquí que me desespero ante tanta variedad de productos de un mismo tipo que a veces ni sé cuál escoger... Y él allá que ni siquiera puede comprar la única variedad del producto que se oferta porque no lo hay en ese momento, no se sabe cuándo viene, o "se fue del país"...
Los carteles no son los únicos que están corroídos...