Esta es la vista que tengo desde la ventana de la cocina. Me paso ratos mirando y mirando tantos colores... ¡Cuánto amarillo, naranja, carmelita! Lo que más me gusta del otoño alemán son los colores precisamente.
Hace dos semanas todos los árboles del patio del edificio donde vivo (de 5 plantas) eran una belleza pero no tenía la cámara conmigo. Todavía los colores de hoy son preciosos, ¿verdad? Casi no se distinguían los edificios de enfrente (como todavía es el caso de los de la izquierda en la foto) y solo pocos días después está la mitad de las hojitas en el suelo. Ya hay algunos árboles que las han perdido todas y se han quedado desnudos... En un par de semanas serán troncos pelados, ramas esqueléticas de las que una ni se imagina pueda renacer vida verde alguna otra vez. Cuando caiga nieve, haré una foto similar para compararla con ésta.
Hoy hace un año era domingo. Yo escribía sobre...
- Ni los plátanos ni los tomates saben igual
- Si te fuiste, perdiste
